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Barack Obama se tomó un pequeño respiro de sus dos semanas de vacaciones de verano en Martha’s Vineyard (las últimas de su presidencia, de hecho) para asistir a un acto de recaudación de fondos para Hillary Clinton, ahí mismo en la la famosa y exclusiva isla. Ocurrió el lunes a la noche, y a poco más de dos meses para las elecciones del 8 de noviembre. Fue entonces que el presidente tuvo que admitir que está harto de hablar del candidato republicano, Donald Trump.
“Habrán notado que no dije mucho acerca del oponente" de Hillary, dijo Obama a los 60 invitados que contribuyeron con 10 mil dólares cada uno para cenar con el presidente en una casa privada, según la Casa Blanca.
“Francamente, estoy cansado de hablar del oponente. No tengo que presentar un argumento contra su propia candidatura porque cada vez que él habla hace un argumento en contra de su propia candidatura", siguió.
“Habrán notado que no dije mucho acerca del oponente" de Hillary, dijo Obama a los 60 invitados que contribuyeron con 10 mil dólares cada uno para cenar con el presidente en una casa privada, según la Casa Blanca.
“Francamente, estoy cansado de hablar del oponente. No tengo que presentar un argumento contra su propia candidatura porque cada vez que él habla hace un argumento en contra de su propia candidatura", siguió.