Patricia vende churros, tamales, cuida enfermos

Viuda, padece diabetes, todo su esfuerzo es para darle estudio a su hija. Apoya también a otra hija, porque pronto llegará su primer nieto
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- "A todo le hago  y a nada le pego”, afirma Patricia, una de las mujeres más emprendedoras de Victoria, dedicada al comercio ambulante desde los 13 años de edad.



De lunes a viernes Patricia Guardiola de 45 años de edad va con su canasta de churros que vende a tres por 10 pesos, pero los sábados y domingos vende tamales en hoja de acelga y de maíz.



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Con la enfermedad de diabetes y su condición de mujer viuda y jefa de familia, Patricia gana todos los días un galardón en la lucha por la sobrevivencia al trabajar de manera informal por las calles, y tener que caminar kilómetros de un extremo a otro de Victoria en busca de vender todo el producto.



Su ejemplo es grande porque con su difícil oficio de ambulante sostiene lo gastos escolares de su hija que está en el Cbtis, mientras la mayor ya está casada, pero también la ayuda porque muy pronto llegará el primer nieto.



"Ahorita los jóvenes en cualquier trabajo aunque sea de oficina ganan el mínimo. Se puede ganar más en un trabajo ambulante pero hay que sufrir mucho, sacrificar todo el día y luego no hay espacios, quiere uno tener un puesto formal y le dicen que no se puede. Hay que soportar que lo corran a uno de todas partes".



El oficio de comerciante lo trae Patricia en la sangre, su papá se dedica a la venta de ceviche y su mamá a los tamales.



"Desde que tenía como 13 años ando en las ventas de comida, mi papá hacía ceviche y mi mamá tamales y me mandaban a mí a venderlos. También hago todo tipo de comidas como chiles rellenos, flautas que les traigo a vender a la gente. Le hago a todo y a nada le pego, me dicen que necesito invertir en un negocio, tengo la capacidad pero no el dinero".



La diabetes que padece no le impide levantarse a las 6 de la mañana para salir de casa y recorrer toda la ciudad si es necesario, a pie, para vaciar la canasta de churros o la vaporera de tamales. El no tener coche no es un impedimento para ella.



“Acá consigo una caja para depositar la canasta o la vaporera, ando en microbús o vendo caminado, ahorita vengo de Tamatán de vender afuera de una escuela".



Pero Patricia es una caja de sorpresas porque también se emplea cuidando enfermos, incluso si es necesario viaja fuera de la ciudad.



“Cuidé a un minusválido y la próxima semana voy a Ocampo a dializar  a un enfermo. Si me dicen que cuide a alguien por la noche también voy, todo lo hago por mi hija para que siga estudiando".



El sueño de Patricia es aprender cocina internacional, le gustaría también tomar un curso de repostería y tener un día su propio negocio formal, pero por ahora debe seguir en la venta por las calles.



Patricia hace tamales por encargo y se puede encontrar en el siguiente domicilio después de las 6 de la tarde:



Manzana 7 lote 10 número 139 de la Colonia Ampliación Simón Torres.



Si se encuentra a Patricia, ¡cómprele churros!