En el cumplimiento del deber...

La cobertura informativa en tiempo real del desplome de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana, demuestra los nuevos retos de las tecnologías de la información en el oficio periodístico
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- 16:32 horas del lunes. La llamada de uno de los reporteros que cubren la sección de seguridad de Periódico 5inco alertó sobre la caída de lo que, según una de sus fuentes, sería el helicóptero de la Policía Estatal Acreditable.



Así, con ese 'tip', iniciaría lo que se convirtió en una cobertura poco común, de mucha adrenalina, que terminó en la obligación de informar la lamentable noticia de la muerte de dos miembros de la Fuerza Aérea Mexicana.



62 llamadas -entre hechas y recibidas- en apenas 2 horas con 40 minutos, son prueba plena de lo que le narramos: fue una tarde de mucho trabajo, de preguntar y confirmar datos, primero para dar con el lugar del accidente; luego para captar la mejor información; y tercero, para divulgar con precisión el saldo de la tragedia.



No eran ni las 17:00 horas cuando el panorama daba otro giro: en efecto era un desplome de helicóptero, pero militar, no policial.



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Más complicado extraer la información, porque los soldados del Ejército Mexicano ya estaban enterados que compañeros de armas habían perdido la vida, y la sospecha de ellos no era la de un simple accidente, pues la aeronave MD-530F precisamente realizaba labores de reconocimiento en el combate que la autoridad libra contra la delincuencia. Imagine el enojo de los soldados que también querían llegar al punto donde terminó la aeronave.



Según el dicho de los militares, tenía poco tiempo de haber arribado a la ciudad el Helicóptero con matrícula 1134 de la Fuerza Aérea Mexicana. Del conocido como "abeja", pues apenas si le cabían -armados- 4 tripulantes.



Le decía que el reporte evolucionaba. La ubicación del sitio de la tragedia se daba en el ejido Constitución del 17, según los datos más actualizados: "por la carretera a Soto La Marina, cerca del aeropuerto".



Así, el primer equipo de Periódico 5inco se aproximaba al punto por donde la autoridad había ingresado en busca del helicóptero o de lo que de éste habría quedado.






Salió el segundo equipo también a la cobertura informativa.



Carretera a Soto La Marina, luego de pasar el retén de militares, el del kilómetro 6, se avistó una unidad de Protección Civil. Al final, a la altura del kilómetro 10.5, más antes incluso de la desviación hacia la carretera a Zaragoza, unos 15 vehículos particulares, en su mayoría de reporteros, parecían custodiar la entrada hacia una brecha.



Viraje a la izquierda, rumbo al norte, para entonces ya se mencionaba al ejido Viento Libre, de Güemez, como el que 'recibió' al helicóptero en su precipitada caída.



Inició la transmisión En Vivo, vía Facebook en la cuenta oficial de Periódico 5inco, en tanto se sorteaban los obstáculos propios que la brecha ofrecía: vegetación crecida, terreno accidentado, y el necesario temor a errar al enfrentarse a una bifurcación. Y es que elegir hacia izquierda o derecha podía ser la diferencia entre llegar al punto del accidente o extraviarse y perder la exclusiva.



A lo largo del camino se observaban los vehículos de televisoras que habían sido dejados, porque sus tripulantes no pudieron continuar. La vegetación cada vez más tupida impedía el paso a automóviles.



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Pero para una pick up Ranger 93 el mayor problema no era el avance, sino que su conductor la llevara por el camino correcto.



La transmisión en vivo continuaba, pero entre más se penetraba en la brecha la señal celular se dificultaba. Fallas de origen, llamadas que no se escuchaban.



Convoys de militares que igual querían llegar al sitio, porque sus informaciones les indicaban que entre los tripulantes del helicóptero había sobrevivientes; estaban obligados a rescatarlos.



Para entonces, las 17:25 horas, ya un helicóptero de la Policía Federal daba con el sitio de la tragedia, el rancho El Naranjo del ejido 18 de Marzo.



Igualmente confirmaba el saldo de dos fallecidos y extraía para llevar a su atención médica a quien, luego se supo, era el copiloto.



Se trataba del Teniente David Elías Fuentes Luévanos. Fue llevado vía aérea al Hospital Regional de Alta Especialidad cuya área de urgencias ya lucía resguardada por cinco unidades de la milicia.



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Atrapados en lo que quedó de la cabina del helicóptero de la Fuerza Aérea, los cuerpos sin vida del piloto y del observador. Sus nombres: Teniente Piloto Aviador J. Guadalupe Valera Zavala, y Teniente Coronel de Caballería, Jesús Gómez García.



Minutos antes, cuando ese helicóptero de la Federal esperaba en otro sitio instrucciones para llegar al punto, fue avistado por reporteros de otros medios de comunicación que llegaron a confundirlo con el helicóptero accidentado y se apresuraron a difundir fotografías del mismo, como si fueran las del MD-530F, con el que en realidad todavía no daban y, por el contrario, estaba hecho pedazos.






Las brechas que conectan con el rancho El Naranjo mantenían extraviados incluso a convoyes militares. La tarde caía y la noche amagaba con complicar la salida hacia la carretera federal.



Así, el segundo equipo de Periódico 5inco tomó la decisión de seguir a un convoy para volver hacia la carretera, y dar seguimiento a la noticia desde el Hospital Regional de Alta Especialidad.



El primer equipo, ya en el sitio del accidente, recopilaba material periodístico.



Transmisiones en vivo desde el Hospital y a las afueras de la Procuraduría General de Justicia del Estado, permitieron precisarle a los miembros de la comunidad mejor informada de Tamaulipas, la del Periódico 5inco, cuestiones como que el helicóptero de Fuerza Aérea había despegado a las 14:21 horas del aeropuerto "Pedro José Méndez" para realizar reconocimientos;



Que a las 16:30 horas perdieron contacto con la torre de control de la central aérea; y que el helicóptero intentaba volver al aeropuerto cuando sucedió el desplome.



Como se dijo en las transmisiones en vivo: no es para nada gratificante confirmarle a los miembros de la comunidad un deceso, menos cuando las víctimas se encontraban combatiendo a la criminalidad.






Para ellos el descanso eterno, para sus familias la pronta resignación y la certeza de que perecieron cumpliendo con su deber.



A la manera en que lo establece la Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, quienes murieron ayer llevaron "el cumplimiento del deber hasta el sacrificio y antepusieron al interés personal, el respeto a la Constitución, la soberanía de la nación, la lealtad a las instituciones y el honor del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos".