10 motivos para amar la Navidad

Quienes aman la Navidad tienen mil motivos para defender el 25 de diciembre. Recuerdos de la infancia, festejos con los más chicos de la familia y reencuentros familiares son algunos de los motivos de este idilio.
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1. Una fecha de reencuentros y reuniones familiares.

Durante el año, la apretada agenda, las obligaciones, la rutina, el trabajo, y demás hacen que las visitas familiares no sean tantas como las deseadas. El 24 y 25 de diciembre, sin embargo, parecen ser momentos ineludibles para volver a verse.



2. En general, al ser días no laborables, después del festejo se puede descansar.

Muchas visitas, mucha comida, mucha bebida y mucho de todo. Así festejan la Navidad los argentinos. Lo positivo: el 25 es feriado (¡aunque este año cae domingo!) y para la mayoría de los trabajadores no hay necesidad de una veloz recuperación.



3. Es la oportunidad del "permitido" en toda dieta.

No hay ninguna chance de seguir una dieta estricta durante las Fiestas. El menú incluye todo tipo de manjares y no hay quien se resista. Nutricionistas, abstenerse.



4. Es el gran momento del vitel toné.

Peceto, atún, anchoas, mayonesa y demás ingredientes componen este clásico de la Navidad. Quizás es el único momento del año en que se prepare, pero bien vale la espera.



5. Aflora la sensibilidad.

Lágrimas por aquí y por allá. En medio de dedicatorias y recuerdos, la Navidad suele ablandar hasta al más duro de los personajes.



6. Un brindis con espumantes.

No todo es seriedad. Una de las razones preferidas de los amantes de la Navidad tiene burbujas y no se relaciona con religión, sentimientos ni nada que se le parezca. ¡Bienvenidos, sidra y champagne!



7. Evoca al niño que fuimos.

Así como ciertos juegos, las abuelas o algunas comidas refieren directamente a la infancia, lo mismo sucede con las Fiestas. La celebración abre paso a la nostalgia.



8. Nuestros niños aman la Navidad.

Papá Noel, el arbolito y los regalos son un atractivo infalible para los chicos. Y su alegría, por carácter transitivo, la felicidad de los adultos.



9. Porque es época de balances y, a veces, son positivos.

Junto a la Navidad llega el Fin de Año y se ponen en la balanza las experiencias vividas en esos doce meses. Cuando el saldo es positivo, hay una razón más para celebrar.

10. Para quienes respetan su sentido religioso, la Navidad es una fecha de doble celebración.

A nivel religioso, se conmemora el nacimiento de Jesús. Para quienes profesan los credos que celebran este evento, la emoción es aún mayor.