Osorio y sus motivos

El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong estará este lunes en Victoria.



La visita del segundo hombre más poderoso de Los Pinos no podría ser más desconcertante, pues en lugar de venir a tratar temas de seguridad o a entregar recursos ante el grave estado en que se encuentran las finanzas de Tamaulipas, el Secretario participará en la entrega de ¡actas de nacimiento!



Además, tendrá una reunión de carácter privado con empresarios de la entidad en el Club Campestre de esta capital.



Pero la entrega de actas de nacimiento o la plática con empresarios no son el único tema que viene a tratar el Secretario de Gobernación.



La visita de Chong se da tres días después de que el PRI anunciara la expulsión del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba de las filas del partido por dañar la imagen del Revolucionario Institucional al incurrir en actos ilícitos en el transcurso de su mandato.



Si esto no fuera suficiente, está además la orden de localización y aprehensión que pende sobre Eugenio Hernández en los Estados Unidos, así como los recientes señalamientos sobre el mal uso de un préstamo de 6 mil millones de pesos con el que hipotecó a Tamaulipas.



Es decir, el encargado de la política interna del país tiene dos fuertes razones para visitar tierras tamaulipecas en este cierre de año.



Porque además de ser Secretario de Gobernación, Osorio Chong es el hombre más fuerte del PRI para alcanzar la candidatura presidencial en 2018, y ambos ex gobernadores tamaulipecos, tanto Tomás como Eugenio, son un gran dolor de cabeza para el hidalguense en su camino por la presidencia.



Así que sería inocente pensar que la visita del Secretario de Gobernación a Tamaulipas se trata únicamente de cuestiones como la entrega de actas de nacimiento.



Osorio Chong mantiene lazos muy fuertes con Tamaulipas, que iniciaron con el lanzamiento de la campaña financiera para respaldar a EPN en su camino a la Presidencia de la República.



Campaña a la que se sumaron varios ex gobernadores del noreste como Humberto Moreira, Natividad González Parás, Fidel Herrera y el propio Eugenio Hernández Flores.



Sin embargo, hoy los tiempos son diferentes, EPN ya es presidente y Osorio Chong es quien ahora busca ser candidato.



Por eso su interés de mantener en calma el clima político en el país, pero particularmente en estados donde los ex gobernadores priistas tienen serios problemas con la justicia, como ocurre en Tamaulipas.



La visita de Chong a Victoria es vista por los geñistas como un llamado de atención para Cabeza de Vaca, quien poco a poco ha ido sacado a la luz cada una de las irregularidades y delitos de ambos ex gobernadores.



Sin embargo, los ahora priistas marginados olvidan que Eugenio no es el único amigo que el Secretario de Gobernación tiene en Tamaulipas.



Y es que Cabeza de Vaca fue una pieza importante en la estrategia del Secretario para deshacerse de Manlio Fabio Beltrones como dirigente del PRI, pues no hay que olvidar que Beltrones era otro fuerte contendiente por la candidatura tricolor de 2018 a la Presidencia de la República.



Así que si se pone en la balanza, Eugenio representa el pasado de Tamaulipas, el mismo pasado que facilitó la grave crisis de inseguridad que actualmente vivimos y que floreció en los gobierno de Tomás Yarrington y del propio Hernández Flores.



Mientras que Cabeza de Vaca representa el futuro, un futuro donde no se tolera la corrupción, donde el pueblo es el que toma las decisiones y sobre todo, un futuro donde la la ilegalidad se combate y se castiga.



Un futuro que pasa por 2018 y que precisamente busca con ansias el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.



El pacto entre los grupos políticos en la entidad era claro, respeto y libertad rumbo a 2018, mientras no se interfiriera en las decisiones políticas que le corresponden al ejecutivo estatal.



Pacto que fue roto por Eugenio Hernández y su operador financiero, Oscar Almaraz, con la serie de protestas que buscan poner al pueblo de Tamaulipas en contra del Gobernador.



Porque los bloqueos carreteros de los campesinos, las protestas de las cámaras empresariales y la toma de calles de los sindicatos no son obra de la casualidad y tampoco de la realidad.



Son acciones planeadas y articuladas con un solo propósito, desestabilizar al gobierno estatal y minar su legitimidad política conquistada en las urnas.



Si a eso le suma la operación política del grupo delincuencial de Eugenio Hernández, que pretende apoderarse de los partidos políticos minoritarios en el estado, esta clara la falta de respeto para la autoridad y figura del gobernador del Estado.



Los propios priistas acuñaron una expresión que retrata este tipo de conflictos, que por cierto no son nada nuevos, “el que ya bailó que se siente”, así de sencillo.



Porque si Eugenio no se sienta solo, alguien más lo va sentar, pero lo más probable es que sea tras las rejas.





Pues eso.