CIENCIA NEOLIBERAL 

"Éstas son las características de la ciencia neoliberal que nos encontramos y que imponen retos muy grandes al país frente a una epidemia como la que tenemos".

María Elena Álvarez-Buylla
 
 
La persecución judicial de científicos y ex directivos del Conacyt no es producto del azar. Tampoco de un combate a la corrupción. Surge más bien de una visión ideológica, de un intento por eliminar lo que María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, ha llamado la "ciencia neoliberal".

El 23 de abril de 2020, Álvarez-Buylla declaró que "la ciencia neoliberal" genera "una dependencia tecnológica, capacidades de articulación muy limitadas, una baja eficiencia en innovación, transferencias millonarias al sector privado... abandono de la ciencia básica de frontera y un sector privado que hasta ahora ha aportado una proporción muy baja al presupuesto de ciencia y tecnología... El reto, la meta global, es llegar a tener una independencia o soberanía tecnológica".

El viejo Conacyt y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico representan para Álvarez-Buylla esa ciencia neoliberal. Si bien la directora declaró este pasado 23 de septiembre: "Yo no vine a apoyar el primer Gobierno de la Cuarta Transformación para acusar a absolutamente nadie", la Unidad de Asuntos Jurídicos del Conacyt presentó la denuncia penal contra quien resultara responsable por un presunto desvío de recursos a ese foro.

La Fiscalía General ya se encargó de llenar los nombres, entre ellos el de Enrique Cabrero, director general del Conacyt de 2013 a 2018, y el de Julia Tagüeña, coordinadora general del Foro de enero de 2019 a diciembre de 2020, y de sumar a la acusación por peculado las de lavado de dinero y asociación delictuosa. El rechazo a la ciencia neoliberal coincide con las posiciones del Presidente contra el intelectualismo y el "aspiracionismo".

Lo curioso es que la ciencia de la 4T no parece muy distinta a la neoliberal. El Presidente le encargó al Conacyt que produjera ventiladores (o respiradores) para pacientes de Covid con tecnología 100 por ciento mexicana y más económicos que los importados.

El 14 de julio de 2020 anunció: "Ya se logró producir un ventilador con tecnología mexicana, un ventilador hecho en México, lo cual va a significar ser autosuficiente en este equipo que es básico".

La Cofepris ha dado autorización de emergencia (porque no hay certeza sobre su seguridad) a dos modelos, el Ehécatl 4T (sí, así le pusieron) y el Gätsi de la empresa privada Dydetec. La tecnología del Ehécatl 4T fue tomada de un modelo abierto del Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Hasta junio de 2021 se habían distribuido 756 ventiladores hechos en México. Un reporte interno de la Secretaría de Salud citado por Milenio, sin embargo, señala que "es un equipo con falta de estructura, sólo es un sistema rudimentario de compresión para un ambú" (máscara con bolsa expandible para ayudar a la respiración).

No sé si las inversiones en ciencia son hoy más eficientes que antes, pero cuando menos el tema se puede discutir (no el de la ciencia neoliberal).

El presupuesto del Conacyt llegó a 47 mil 071 millones de pesos en 2015, pero cayó a 27 mil 559 millones en 2021. Para 2022 se propone un alza, pero sólo a 29 mil 564 millones.

Sin embargo, no importa lo que se gaste, sino los resultados. AMLO afirmó ayer que en una partida de 500 millones "sólo destinaron 100 a pagarle a investigadores y 400 millones para viajes, hoteles y comidas".

Si así era el gasto en ciencia, es bueno modificarlo. Pero cuidado, porque esto no convierte a los científicos que puedan haber asistido a congresos internacionales en miembros de la delincuencia organizada.