La coda de Derbez

"El Tren Maya está destruyendo la selva, nuestro patrimonio natural".

Eugenio Derbez
 
 
A nuestros políticos les gusta colgarse de los éxitos de los mexicanos en el exterior, pero el Presidente López Obrador seguramente no invitará a Palacio Nacional a Eugenio Derbez, el actor de "CODA", ganadora del Óscar a la mejor película.

El problema es que participó con otros artistas en unos videos de la campaña #SélvameDelTren. A todos los descalificó: "No quiero ser estricto, no quiero ofenderlos tampoco, pero no siento que tengan vocación verdaderamente ecologista; es más por dinero, porque están en contra de nosotros y voluntariamente quieren participar, porque tienen un pensamiento conservador, les molesta lo nuestro, y también por fama".

Varios artistas reconocidos participaron en esos videos que se distribuyeron en redes sociales, como Natalia Lafourcade, Kate del Castillo, Bárbara Mori, Rubén Albarrán de Café Tacvba, Ana Claudia Talancón y Saúl Hernández, de Caifanes. Mucha de la atención, sin embargo, se ha centrado en Derbez, quien afirmó que el proyecto está destruyendo la selva.

Tras las críticas del Presidente, el actor respondió en una entrevista con Ciro Gómez Leyva: "Nadie nos contrató, nadie nos pagó, no hay bandera política. Yo no soy de ningún partido político... Cree el león que todos son de su condición. Yo no recibo sobres amarillos, yo no necesito eso".

Derbez ha señalado que no está en contra del Tren Maya, sino de que se haya cambiado la ruta de Cancún a Tulum, el tramo 5, para pasar por una zona en que se afectará el sistema de ríos subterráneos y cenotes más grande del mundo.

En uno de los videos Albarrán le dice al Presidente: "No necesitamos un tren, necesitamos conservar nuestro territorio... No somos sus adversarios, somos mexicanos y queremos la vida para todos nosotros".

No hay una manifestación de impacto ambiental para todo el Tren Maya a pesar de que lo exige la ley. La Secretaría del Medio Ambiente dio a conocer en 2020 una autorización para los tramos 1 a 3, donde en buena medida se está construyendo sobre un derecho de vía que ya existía desde tiempos porfiristas, pero no para los tramos 4 al 7.

Aun si el tramo 5, de Cancún a Playa del Carmen, hubiera tenido una manifestación de impacto ambiental, ésta habría quedado anulada por el cambio de trazo. No es lo mismo construir un tren elevado sobre el camellón de una carretera existente que uno de superficie sobre una zona de vegetación.

La promesa del Presidente de que no se tiraría un solo árbol no se ha cumplido, pero eso no es lo que preocupa. El propósito de una manifestación de impacto ambiental no es cerrar toda opción de inversión productiva, sino identificar problemas ambientales que pueden evitarse. La falta de un estudio detallado no nos permite saber cuáles son esos problemas.