Mujer de 64 años se embaraza por ‘despecho’

Le habían quitado la custodia de su hija pequeña, así que decidió volver a tener hijos
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ABC.ES / España.- La burgalesa de 64 años, que el pasado martes alumbró mellizos en una clínica burgalesa, se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro en Estados Unidos «por despecho», al haber perdido la tutela de su única hija, que también fue concebida mediante esta técnica, según señalaron a ABC fuentes cercanas al caso.



Mauricia Ibáñez Ayuso, vecina de Palacios de la Sierra, se trasladó a EE.UU. con intención, como ya hiciera con su hija de 6 años, de someterse a un nuevo tratamiento para quedarse embarazada, algo que consiguió después de ser rechazada en la clínica a la que acudió la primera vez, lo que la obligó a buscar una segunda opción. Según las mismas fuentes, tras perder en 2014 la tutela de la pequeña su única obsesión era volver a ser madre y de nada sirvieron los consejos de su escaso círculo, que le recomendaron que desistiera de su intención a tenor de la edad pero, también, de su complicada situación social y de su capacidad. Y es que la vida de esta mujer se desarrolla entre pleitos con la justicia, después de que la Junta de Castilla y León asumiera la custodia de la pequeña por considerar que se encontraba en desamparo al detectarse un cuidado insuficiente y sufrir aislamiento. De hecho, el próximo 14 de marzo, según fuentes judiciales, se celebrará una vista en la Audiencia Provincial de Burgos tras el recurso de apelación presentado por su abogado contra la resolución por la que se determina el acogimiento de la menor por una prima de Mauricia, que reside en Canadá junto con su marido y sus hijos.



El citado auto, al que ha tenido acceso este periódico, entiende que no han cambiado las circunstancias de la pequeña como para que se desestime el acogimiento familiar que se realiza «ante los indicadores de desprotección y los intentos fallidos de intervención con la madre», por lo que se considera a la familia seleccionada, canadiense, como la mejor opción «en atención al vínculo afectivo existente y la relación previa y positiva de la menor y sus primos maternos».



Sin embargo, también se estima el recurso de apelación, ya que insta a «agotar las posibilidades de intentar con Mauricia las actuaciones precisas para que esta pudiera adquirir las destrezas o habilidades necesarias para el ejercicio en forma adecuada de las funciones de patria potestad y/o de la relación con la menor, simultaneando esa actuación con la realización de un acogimiento familiar simple con otros familiares». Es decir, la Audiencia propone que la pequeña viva cerca de su madre para poder mantener el contacto, algo con lo que los servicios sociales de la Junta de Castilla y León no están de acuerdo. Sería una hermana de Mauricia. que reside en Palacios de la Sierra y que también se ofreció a hacerse cargo de la pequeña, la segunda opción como familia de acogida, aunque con ella las relaciones no son precisamente buenas a raíz de su oposición a que se sometiese en EE.UU. al primer tratamiento de fertilidad. Su hermana, incluso intentó evitarlo por vía judicial.







DESPEDIDA EN TENERIFE



Lo cierto es que la madre de los mellizos, que se recupera en un hospital burgalés, va a ser sometida a un seguimiento continuo de los servicios sociales que deberán comprobar si los pequeños están bien atendidos. Lo sucedido con su otra hija que condujo a la pérdida de la guardia y custodia al encontrarse en situación de desamparo, tiene en alerta a la Fiscalía, pendiente de si esta mujer, que fue funcionaria en Tenerife —perdió la plaza por una falta grave tras un expediente disciplinario por un conflicto con un superior— está en condiciones de atender a los bebés.



Tampoco ayuda la denuncia que interpuso una trabajadora de los servicios sociales a la que agredió durante el proceso que concluyó con la pérdida de la tutela. Es más, en el informe de la Gerencia de Servicios Sociales se señala que «la madre tiene un entendimiento casi nulo de las necesidades apropiadas a la edad de su hija: no la envía a la escuela, impide las relaciones con iguales y los juegos propios de la edad. Las relaciones sociales de la madre son escasas y apenas tiene contacto con vecinos ni amigos.