Pitbull, no es un perro para cualquiera

Bien socializado por sus dueños, el animal puede integrarse a cualquier familia
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Tienen un aspecto intimidante y, a la hora de bautizarlos, la gente suele elegirles nombres que potencian esa imagen, como Killer (asesino) o Tyson. La mala reputación que tiene en la actualidad el American Pitbull Terrier se debe a diversas razones, entre ellas, la existencia de gente inescrupulosa que ante la fama de la raza se dedicó a criar perros indiscriminadamente sin ningún tipo de selección. También a los dueños desinformados y en algunos casos absolutamente irresponsables, que desconocen las características de este perro de presa y lo crían sin desarrollar su rasgo específico, que es la permanente necesidad de morder. El resultado de esto fue la aparición de animales desequilibrados, ya sea por causas genéticas o por causas ambientales, de los que suelen hacerse eco los medios de prensa transformando al pitbull en un perro terriblemente peligroso.







Alejandro Flores (Salta PitbullClub, en el Facebook) es adiestrador canino y sostiene sin demasiados preámbulos: "El pitbull no es para cualquiera. Puede integrarse a una familia con niños o con otros perros, pero siempre y cuando sea bien socializado y jerarquizado. En otras palabras, esta raza necesita de dueños capaces de ejercer una tenencia responsable".



El American Pitbull Terrier es un perro de presa. Este animal ganó su nombre entre los años 1700 y 1800, cuando se cruzaron las razas del bulldog y la del terrier y, como resultado, nació el híbrido pitbull terrier. Fue creado con fines de pelea y de ataque a animales de gran porte. Por esta razón -explica Alejandro Flores- el pitbull puede ser criado como cualquier otro perro, pero siempre debe hacerse hincapié en su necesidad de morder. "Precisa desenvolver la mordida de presa que trae incorporada genéticamente. Hay que enseñarle a morder cierto tipo de objetos como mordillos, juguetes, pelotas... Se trata de enfocar al perro en una presa (artificial) específica. Si bien es cierto que el instinto no se puede eliminar, sí se lo puede direccionar hacia otro punto. Entonces un perro de presa puede socializar y jugar con otros perros sin problemas", completó Flores.







JAMÁS CON CADENA



El pitbull es, además, una raza de yardas, de campo. Criarlo atado con una cadena en un pequeño espacio hace que su instinto se potencie.



El adiestramiento especializado también es útil en este sentido, ya que le aporta a la crianza ejercicios básicos de gran firmeza y de mucha especificación que ayudan a controlar al perro. "Se le enseña a responder a ciertas órdenes y a mejorar su conducta", precisó el adiestrador salteño.







Según Alejandro Flores, el dueño de un pitbull debe tener obligatoriamente ciertas características:



"Ante todo, debe ser una persona con carácter. Es fundamental porque estamos hablando de una raza fuerte. Segundo, debe tener tiempo porque, si bien todos los perros necesitan dedicación, el pitbull exige rutinas que no se pueden reemplazar. Finalmente, debe asumir que el perro es para toda la vida. Es muy común que la gente se enamore de los pitbulls cuando son cachorros, pero al adoptarlo hay que tener en cuenta que son perros que viven de 15 a 19 años. Los problemas suelen aparecer a partir de los 7 años y la solución que encuentran los dueños irresponsables es abandonarlos o regalarlos”. Alejandro Flores remarcó que el pitbull puede volverse impredecible cuando es producto de malas cruzas. “Se obtienen camadas de forma indiscriminada y entonces la raza se abre y pierde su trabajo específico. Se podría decir que se genera una confusión en la cabeza del perro. Por ende no va a saber resolver ciertas situaciones. La cruza más común que existe es la del pitbull con el boxer. El primero es un perro de pelea que es muy guardián con los chicos, pero que busca pelear con otros congéneres; y por otro lado tenemos un perro muy guardián que es a la vez muy juguetón con los chicos. Así mezclamos las ganas de jugar con un nene con las ganas de pelear. Entonces el pitbull, en medio de un juego con niños, puede terminar mordiéndolos”, ejemplificó.







Otro error es no establecer jerarquías claras dentro de la casa. Esa es la razón por la cual muchas veces escuchamos decir: “Dormía adentro y comía de mi mano y un día de pronto me mordió”. “Cuando no existe una armonía en la estructura jerárquica de la casa, el perro toma el lugar de Alfa, es decir de líder. Y si de repente el animal percibe que esa jerarquía donde él manda se altera, reacciona de la única manera que sabe hacerlo: mordiendo. Lo hace a manera de reprimenda”, ejemplificó el adiestrador.



Información de eltribuno.info