“TEMO POR MI VIDA”

"¿Han asesinado a periodistas? O sea, no...".

Rosario Piedra Ibarra, 2019
 
 
En su mañanera de ayer el presidente López Obrador lamentó el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado este 23 de enero en Tijuana. Condenó el homicidio y afirmó que será investigado. En 2019 ella afirmó que había recibido amenazas por presentar una demanda por despido injustificado contra una empresa de comunicación de Jaime Bonilla, el poderoso aliado del presidente en Baja California, después gobernador. "Temo por mi vida", dijo.

Ayer AMLO descartó que el homicidio pudiera ser consecuencia de esa disputa y afirmó que su gobierno le ayudó a la periodista en su litigio laboral. Hace apenas unos días, de hecho, Maldonado lo ganó, pero este domingo fue asesinada de varios balazos a la cabeza. Este es el segundo homicidio de un periodista en Tijuana en 2022. Apenas el 17 de enero fue asesinado el reportero gráfico Margarito Martínez Esquivel, quien colaboraba con distintos medios. Por otra parte, el 10 de enero fue asesinado a puñaladas en Veracruz José Luis Gamboa, director del medio digital Inforegio.

Ayer el Presidente responsabilizó de la muerte de Maldonado a una "degradación progresiva... casi a la par de la aplicación de la llamada política económica neoliberal". También señaló que el caso del bebé encontrado en un basurero de un penal de Puebla es el "fruto podrido" que dejó la "política neoliberal".

El Presidente ha usado constantemente su mañanera para cuestionar a los medios y periodistas que critican a su gobierno. A veces lo hace él personalmente, otras le deja el trabajo a Ana Elizabeth García Vilchis, conductora de la sección "Quién es quién en las mentiras". El ejército de trolls de la Cuarta Transformación en redes sociales se dedica después a hostigar, difamar, calumniar, desacreditar e insultar a los periodistas que mencionan a alguno de los dos o a cualquier otro que critique al gobierno. Si bien el Presidente tiene derecho a rebatir a sus críticos, los ataques a periodistas desde la Presidencia de la República pueden tener consecuencias negativas importantes en un país que está sufriendo una oleada de violencia contra los periodistas.

Todo el grupo en el poder minimiza los actuales asesinatos de periodistas. Cuando a Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se le preguntó en noviembre de 2019 sobre los periodistas asesinados en México, respondió: "¿Han asesinado a periodistas? O sea, no...". El reportero insistió: "¿No se ha enterado del asesinato de periodistas?", a lo que ella contestó: "He visto todo lo que pasó en todos los sexenios pasados, y es algo terrible".

Pero los asesinatos de periodistas no desaparecieron con el actual gobierno. En su informe "Ataques contra la Prensa: los países más violentos para el ejercicio del periodismo en 2021", el Comité para Proteger a Periodistas con sede en Nueva York ha señalado que México fue el segundo país en el mundo con más homicidios de periodistas el año pasado, solo después de la India. Tres periodistas fueron asesinados en México por razones relacionadas con su trabajo. Además, el CPJ está investigando las muertes de otros seis para determinar si "están relacionadas con el trabajo periodístico".

Los periodistas no son las únicas víctimas de la violencia en México. Estamos registrando niveles récord, o muy cercanos, en homicidios dolosos. Es muy fácil culpar a los gobiernos del pasado, bastante más difícil explicar por qué, después de tres años, el problema persiste e incluso se agrava.