Almaraz se burla de Victoria

El bodrio de tres días que organizó Oscar Almaraz en la capital de estado y que provocó un caos en la ciudad todo el fin de semana no fue un carnaval, fue un acto de campaña.



La falta de escrúpulos de Almaraz no es cosa nueva, por eso aprovecha cualquier fecha del calendario para seguir promoviendo su imagen. Hoy le tocó el turno a la cuaresma cristiana.



Pero tan mal le resultó el plan al alcalde priista que el tiro le salió por la culata.



Y es que hoy Victoria no está ni para dispendios ni espectáculos, mucho menos para carnavales o actos de campaña de tres días.



No solo por la falta de empleo, la nula promoción de inversiones o el inexistente fomento de la cultura emprendedora, sino por el grave clima de inseguridad, y la falta de cobertura de servicios básicos que degradan la calidad de vida de quienes habitamos en esta ciudad.



Ahí tiene a todo el poniente de la capital que por más de 100 días han padecido cortes en el suministro de agua. Olvide la pavimentación y el alumbrado, que ya son cosa de otro planeta.



Colonias como el Mirador, la Estrella, la Industrial, Libertad 1 y 2, Framboyanes y Praderas tienen que vivir un calvario diario para hacerse del vital líquido.



Estos son sectores completamente olvidados por Almaraz, seguramente porque no tienen credencial de elector y tampoco están empadronados en el PRI.



Pero eso no le importa al ex Secretario de Finanzas de Eugenio.



Su objetivo con el supuesto carnaval era refrescar su imagen entre los jóvenes victorenses, sector que Almaraz corteja con mayores ansias, no solo para el 2018, sino también por el 2021.



El gran problema que tiene el alcalde es que los eventos de impacto nunca han sido su fuerte.



Almaraz es un mapache, un operador que se maneja en las sombras.



Por eso cuando está frente a los reflectores o una cámara del 5inco se pone nervioso y huye.



Ni la sonrisa puede disimular cuando se le cuestionan las numerosas licitaciones amañadas, como la renta de los camiones de volteo, la compra de los transportes de basura o las recién estrenadas patrullas de Tránsito.



Por eso pensó que si la organización del carnaval la dejaba en manos de los juniors a los que da cobijo en la alcaldía, las cosas no podían salir peor que cuando él las organiza.



Grave error, porque ni el cachorro de Cavazos Lerma, Manuel Cavazos Guerrero, flamante director de Fomento a la Cultura, ni Ernesto Manzur director de Desarrollo Económico y Turismo, y mucho menos Joaquín Larrañaga, director de Conservación de Espacios Públicos, son capaces de organizar una carne asada, mucho menos una fiesta para los codiciados millenials de Victoria.



…Y en las manos de esos hijos de papi está el presupuesto de la ciudad.



$40 millones que no sirvieron ni para tapar baches, ni para mejorar el alumbrado público, instalar semáforos, pintar escuelas o arreglar parques escolares.



No, fueron $40 millones tirados a la basura.



Almaraz está desesperado, su imagen pública está por los suelos. Por eso decidió revivir el carnaval. Otro error de cálculo más en su corto gobierno.



Ni los priistas lo quieren, y entre los geñistas ya se empiezan a cuestionar que él sea la carta fuerte de Eugenio, sobre todo con los graves problemas legales que lo rodean y que no tardan en explotar.



Así que no se deje engañar, lo que Victoria padeció este fin de semana no fue un carnaval, fue un acto de campaña.



Lo que Victoria padeció este fin de semana no fue un carnaval, fue un desfile de publicidad, de los amigos empresarios del alcalde. Esos que son beneficiados con el presupuesto municipal.



Lo que Victoria padeció este fin de semana no fue un carnaval, fue un ejercicio de movilización pensado para la próxima elección.



Y por último, pero no menos importante. Lo que Victoria padeció este fin de semana no fue un carnaval, fue un acto de provocación.



Cómo se explica que con dos estadios profesionales, un polyforum, un centro cívico, así como diversas unidades deportivas, plazas y salones públicos, Almaraz haya decidido que la calle 8 fuera el principal escenario de su acto proselitista, y que el cruce vehicular más transitado de la ciudad sirviera para el gran cierre del evento… a unas cuadras de la casa de gobierno.



Lo dicho, esto que pasó no fue un carnaval, fue otra ocurrencia de Oscar Almaraz para seguir engañando al pueblo y seguir promoviendo su candidatura.





Pues eso.



Es bueno saberlo: 1) Desde hace más de 79 años Matamoros y Brownsville reafirman sus lazos de hermandad con la organización de las Fiestas Mexicanas y el Charro Day. Y este fin de semana el presidente municipal Jesús de la Garza encabezó el magno desfile internacional para refrendar los lazos entre ambas ciudades.



2) Mientras organiza un acto de campaña de $40 millones, el alcalde Oscar Almaraz le regatea a la base sindical del Ayuntamiento el pago del incremento salarial del 3.9 por ciento al que tienen derecho. Y es que al tener cooptado al líder de los trabajadores, las exigencias de quienes laboran en su administración le tienen sin cuidado. Y es que ellos no son hijos de papi.