Regaño y medicinas

"La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas".

W. Somerset Maugham
 
 
Entiendo y comparto la molestia del Presidente: "Ya tenemos que terminar de resolver el problema del desabasto de los medicamentos. Esto es para Juan Ferrer, esto es para Alcocer: yo no quiero escuchar de que faltan medicamentos y no quiero excusas de ningún tipo. No podemos dormir tranquilos si no hay medicamentos para atender enfermos".

¿Habrán quedado atrás las falsedades y descalificaciones? Antes decían que no había desabastecimiento. El propio López Obrador afirmó que "hubo una campaña muy fuerte acusándonos de que no había medicamentos para los niños con cáncer, una situación muy dolorosa". Los padres de los niños con cáncer, sentenció, se dejaban manipular. También acusó que los "monopolios vinculados a políticos llevaron a cabo acciones de sabotaje y una campaña en medios en contra de estas decisiones que tomamos". Hugo López-Gatell fue más lejos al declarar que los padres de los niños con cáncer son "parte de una campaña más allá del país de los grupos de derecha internacionales que están buscando crear esta ola de simpatía para la ciudadanía mexicana ya con una visión casi golpista".

Luis Reyes Guzmán, uno de estos difamados padres, nos dijo ayer en radio a Guadalupe Juárez y a mí que es inaceptable que apenas hoy se quiera resolver un problema que lleva tres años. "En Oaxaca solo está llegando el 8 por ciento del medicamento necesario. En Guerrero no llega nada". El gobierno quiere dejar a las familias la cuenta de tratamientos que cuestan 50 mil pesos al mes. Más inquietantes son los "lineamientos que ahora deben cumplir los hospitales. Cuando un paciente recaiga, el hospital ya no estará obligado a dar el medicamento. Tienen que desahuciarlo inmediatamente". Es una condena de muerte a quien cometa el pecado de recaer. Además, "cuando un paciente fallezca, el hospital tendrá que reemplazar de inmediato el medicamento al INSABI".

Lo peor es que esta crisis es autoinfligida. "Primero: es falso que haya habido este nivel de desabasto antes", escribe en Twitter Eugenio Sánchez con información del IMSS obtenida a través del INAI. La cifra de recetas sin surtir en el IMSS ha subido 218 por ciento en este gobierno. "El número de quejas por desabasto en el INSABI aumentó en 498 por ciento... El desabasto fue provocado por el propio gobierno".

El gobierno reemplazó un sistema que funcionaba bien, las compras consolidadas del IMSS, por unas adquisiciones desordenadas que primero encargó a la Oficialía Mayor de Hacienda, después al Insabi y luego a la UNOPS, sin que ninguno supiera realmente lo que estaba haciendo. La Cofepris cerró plantas de medicamentos en México por razones burocráticas o por arbitrariedad. Vetó a las principales distribuidoras con el argumento de que era muy fácil distribuir fármacos. Ha provocado así escasez, mayores precios y, aparentemente, más corrupción. Pese a justificar las medidas por la presunta corrupción que había, escribe Eugenio Sánchez, "se pasó de 9,675 millones de pesos en adjudicaciones directas en 2013 a 21,047 mdp en 2019. No hay un solo funcionario procesado por la supuesta corrupción anterior".

Aplaudo que AMLO ordene ya resolver este problema sin excusas, pero de nada sirve gritarles públicamente a Juan Ferrer del Insabi y a Jorge Alcocer de Salud si no se corrigen las causas de fondo. Hay que restablecer las compras consolidadas del IMSS, reabrir las plantas de producción y dejar la distribución nuevamente a los profesionales.