Un fracaso resultó el cierre de campaña de Lalo Gattás, el sábado pasado en esta capital.
El evento tuvo apenas una asistencia de poco más de 300 personas, cuando los organizadores esperaban varios cientos de miles.
El fiasco de Gattás nos sirve para comprobar lo que han anunciado los más recientes sondeos de opinión que ponen como ganadora a la candidata del PAN, Pilar Gómez, con una diferencia hasta de 10 puntos sobre el segundo lugar.
Y es que mientras Pilar ha ido repuntando, el candidato de Morena ha ido en picada, lo que ha provocado que las intenciones de voto a su favor caigan incluso hasta un tercer lugar.
El asunto es que para quienes han seguido de cerca las campañas políticas por la alcaldía esto no es ninguna sorpresa, al contrario, se trata de un resultado esperado tras la decepción que ha significado Gattás como candidato opositor.
La principal estrategia del que fuera operador priista hasta hace algunos años, se basó en colgarse de la popularidad de Morena y del propio López Obrador.
Por eso para Gattás, el proceso de desafuero contra Cabeza de Vaca se volvió una pieza fundamental, pues su campaña nunca intentó contrastar su proyecto contra el resto de los aspirantes a la alcaldía capitalina, sino que se convirtió en una suerte de ratificación de mandato entre AMLO y CDV.
Así que cuando la Suprema Corte le dio la razón al Congreso de Tamaulipas la campaña de Gattás simplemente naufragó.
Por eso a mediados de mayo el morenista intentó cambiar su estrategia, lo que llegó demasiado tarde ante los escándalos que le estallaron y que decidió ignorar.
Así llegó Gattás a este último tramo de campaña, de ahí que el cierre masivo del pasado sábado resultaba fundamental.
Los cierres de campaña son una estrategia más para la promoción y movilización de los votantes.
En primera se utilizan para convencer a los votantes indecisos con el llamado “bandwagon effect” o efecto arrastre, donde los votantes determinan su voto para estar del lado del candidato ganador, y utilizan los cierres de campañas para calcular el respaldado popular.
En segunda, los eventos de cierre de campaña sirven como un ejercicio de movilización de voto, lo que da a los candidatos un estimado del voto duro que tienen a su favor.
Es decir, los cierres de campaña cumplen con un efecto de “aire” y con uno de “tierra”.
Por eso resultan tan importantes y por eso resultan tan costosos.
Una tercera alternativa de los candidatos es no realizar un cierre masivo, una razón es que su ventaja sea tan Grande que no vean razón para exponer su estructura y una segunda causa es que el candidato prefiera gastar esos recursos en la movilización del llamado Día D, lo que ocurre cuando la campaña está tan cerrada entre y cada voto se vuelve fundamental.
En el caso de Gattás, el cierre masivo buscaba proyectar la apariencia de ser un candidato competitivo, algo en lo que claramente fracasó, sin embargo la decepción fue mayor porque dejó al descubierto su débil estructura de movilización, que no fue capaz de aparecer en el evento más importante de su campaña.
Por supuesto que todavía resta la jornada electoral, sin embargo poco se puede esperar de una campaña que ha decepcionado en todos los sentidos, empezando con su candidato.
Pues eso.
Es bueno saberlo: Y mientras la campaña de Gattás se dirige al precipicio, en el búnker de Pilar el ‘Truco’ Verástegui ha tomado el mandó en esta recta final.
Porque si alguien conoce a Gattás y a Xico es precisamente el Secretario General de Gobierno.