EL PATO ‘COJO’

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El más desconcertado con los embates que el Presidente enderezó durante tres días de la semana pasada al Banco de México (Banxico) fue el propio gobernador, Alejandro Díaz de León.

Y es que hace un año le explicó a Andrés Manuel López Obrador qué eran los remanentes de operación y bajo qué circunstancias el instituto central podía transferirlos al gobierno federal.

Desde que asumió la máxima posición en Banxico, la Junta de Gobierno que encabeza no ha entregado ningún remanente al presidente en turno. Sucedió con Enrique Peña y ahora con López Obrador.

El desconcierto por los dardos que el tabasqueño le lanzó, incluso ya personales, primero adjudicándole equivocadamente autorizaciones de préstamos en el Bancomext, fue todavía mayor.

Y es que cuando el banco sabía que no tendría remanentes que entregar, Díaz de León lo informó a Arturo Herrera. Le insistió y se lo explicó con palitos y bolitas para que a su vez lo explicara a AMLO.

O el secretario de Hacienda fue incapaz de hacerle entender a su jefe o éste simplemente está lanzando ooootra bola de humo, ahora el relevo en la gubernatura de Banxico, para desviar la atención.

No era sorpresa que los 340 mil millones de pesos que en abril de 2020 pintaban como remanente se esfumaron ocho meses después, cuando la paridad peso-dólar cayó de 25 a 19.90 pesos.

Gerardo Esquivel. (Ilustración de Nelly Vega)

Al Presidente le calentaron la cabeza con la cerrazón de la Junta de Gobierno, donde Gerardo Esquivel, Jonathan Heath y Galia Borja, fueron su propuesta a subgobernadores, y que avaló no dar remanentes.

Si no se hubieran destinado tantos recursos a fortalecer el balance del banco, que está sobrecapitalizado, sí hubieran habido remanentes que entregar a la Secretaría de Hacienda, le dijeron al de Palacio Nacional.

El caso es que Díaz de León fue cuasi defenestrado siete meses antes de concluir su periodo y López Obrador abrió un frente de incertidumbre en tanto no se designe o revele a su sustituto.

¿Nombres?, los de siempre: Rogelio Ramírez de la O, el propio Herrera y Esquivel. Se trata de los economistas de siempre, que ante la mediocridad de la 4T, despuntan inmediatamente.

Ramírez de la O estuvo a punto de relevar a Herrera de la Secretaría de Hacienda hace un año, aunque éste lo niegue y las circunstancias de los últimos meses hayan jugado a su favor y hasta lo fortalecieran.

Hoy como ayer Ramírez de la O, desde su oficina de Houston, puede seguir cobrando a la 4T sus asesorías sin tener que desgastarse. Su hija acaba de renunciar a PMI de Pemex por el desorden de este gobierno.

Herrera puede mantenerse cómodamente un año más al frente de Hacienda y empatar su salida con la carrera para la gubernatura de su natal Hidalgo en el año 2022, o volver a dar un giro, y buscar Banxico.

Y el otro es el subgobernador Esquivel, que con esa desgastada máxima atribuida su jefe (“a mí denme por muerto”, “a mí ni me apunten”) tómelo exactamente al revés: se alinea de forma natural en la terna.