MÉDICOS HUMANISTAS 

 

"Amo a la humanidad:lo que me revienta es la gente".

Susanita (Quino)

El 11 de mayo de 2020 el presidente López Obrador se disculpó con los médicos por haberlos acusado de mercantilistas. "Si lo entendieron así, ofrezco disculpas, pero no fue eso. Hablé de -todo el tiempo lo hago- cómo los médicos tienen una vocación humanista. Imagínense, era médico Ernesto 'Che' Guevara, médico el mejor presidente de América Latina, Salvador Allende".

Es muy difícil pensar en Guevara, sin embargo, como un médico de vocación humanista o en Allende como el mejor presidente de Latinoamérica. Que lo afirme el Presidente revela mucho de su ideología, y preocupa, porque sobre la ideología se sustentan las decisiones de los gobernantes.

Al Che habría que calificarlo más bien de asesino patológico. En su primer diario de viajes, en 1951-1952, escribió "Degollaré a todos mis enemigos". Durante y después de la revolución cubana estuvo a cargo de escuadrones de fusilamiento. Ordenó la reclusión de homosexuales por el delito de ser homosexuales. En las Naciones Unidas, en 1964, declaró: "Hemos fusilado, fusilamos y seguimos fusilando mientras sea necesario". Al describirle a su padre en una carta su primer asesinato señaló: "Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar".

Quizá Allende haya tenido mejores intenciones, pero ciertamente no fue el mejor presidente de Latinoamérica. Ganó la Presidencia de Chile en 1970 por muy escaso margen, 36 por ciento contra 35 del conservador Jorge Alessandri y 28 del democristiano Radomiro Tomic. Ante la falta de mayoría absoluta, la Constitución le daba al Congreso la facultad de elegir; el Partido Demócrata Cristiano exigió a Allende respetar las garantías democráticas, a lo cual este se comprometió, por lo que lo apoyó en el Congreso y aseguró su elección.

Ya como Presidente, Allende procedió a estatizar la minería. Reconoció que las empresas tenían derecho a una indemnización, pero restó de esta unas supuestas "ganancias excesivas", por lo que las mineras salieron debiendo. Fomentó la toma de tierras por activistas, las cuales se fueron haciendo cada vez más violentas; el país se conmovió por el caso de un agricultor, Rolando Matus, asesinado al tratar de defender una muy pequeña propiedad. Allende impulsó también huelgas y tomas de empresas. Ordenó aumentos desproporcionados en sueldos y gasto público mientras congelaba precios, lo que castigó la producción. Cuando los tribunales declararon ilegales algunas de sus acciones, simplemente hizo caso omiso.

En un principio las políticas de Allende parecieron funcionar. El crecimiento económico, de 3.6 por ciento en 1970, pasó a 8 por ciento en 1971. Los controles de precios forzaron la inflación hacia abajo, de 36 por ciento en 1970 a 22 en 1971, aunque con creciente escasez. Para 1973 la economía sufrió una fuerte contracción, de 4.3 por ciento, con una inflación de 605 por ciento. El 11 de septiembre se produjo el sangriento golpe militar de Augusto Pinochet.

Un buen gobernante humanista unifica a su pueblo y construye prosperidad en un ambiente de tolerancia, pero Allende fue uno de los peores en la historia de Latinoamérica o el mundo. No solo destruyó la economía, sino que polarizó a los chilenos y provocó al final una brutal dictadura militar.

No, ni el Che ni Allende pueden ser vistos como ejemplos de médicos o de políticos humanistas. Preocupa que el presidente López Obrador así los considere.