BANCO DE BIENESTAR 

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Además de lo complejo de encontrar ubicaciones idóneas a las mil sucursales que Andrés Manuel López Obrador quiere para su Banco del Bienestar, hay otro obstáculo nada menor: no hay cajeros automáticos.

El jueves pasado el Presidente reconoció que no podrá cumplir en el próximo junio, mes de las elecciones intermedias, su objetivo de tener habilitadas mil sucursales en todo el país.

“En junio vamos a inaugurar ya mil en distintos pueblos, un poco menos, como 880, porque el general secretario me ha informado que se están consiguiendo cajeros, porque son tantos que no hay en el mercado los equipos que se requieren”, dijo.

Y sí, solo hay tres grandes proveedores mundiales: Diebold, NCR y Hyosung. La primera fabrica cerca de 50 mil al año, la segunda 40 mil y la tercera 200 mil. Esta última tiene 42 por ciento del mercado estadounidense.

El tema de los cajeros ha sido el principal talón de Aquiles de este proyecto estratégico de López Obrador, crucial porque el Banco del Bienestar es la arteria por donde fluyen los dineros de todos sus programas sociales.

En el arranque del sexenio la institución que dirige Diana Álvarez tenía unos 120 cajeros, los que eran del extinto Bansefi, y se anunció con bombo y platillo la adquisición de hasta ocho mil para apuntalar el proyecto.

Fue ese contrato que ganaron Alejandro del Valle y Carlos Cabal y que después la Secretaría de Hacienda de Arturo Herrera canceló por falta de presupuesto; el proveedor era esa misma coreana Hyosung.

Posteriormente, el entonces director, Rabindranath Salazar, hizo una estrategia para asignar directamente a Saque y Pague un cambio de los cajeros que el banco tenía originalmente con otra compañía llamada PROAC.

Salazar metió una cláusula en el contrato para que se instalaran los mismos 180 cajeros con la posibilidad de un crecimiento de hasta mil dispositivos. Fue una asignación que no autorizó la entonces oficial mayor Raquel Buenrostro.

Al final la Secretaría de la Defensa, que comanda Luis Cresencio Sandoval, también echó para abajo este otro contra que a todas luces era irregular: Saque y Pague iba a ser financiado por Grupo Carpio, de Saúl Carpio.