INSABI

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Y sucedió lo que todo mundo advirtió: ni la UNOPS (Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) ni el Insabi (Instituto Nacional de Salud para el Bienestar) pudieron con el paquete.

La circular INSABI-UCNAMEM-CA-91-2021, fechada el 26 de febrero pasado, reconoce explícitamente el problema de desabasto de medicamentos en el sector público y el desorden en el proceso de compra.

Adalberto Javier Santaella Solís, coordinador de Abasto del Insabi, ordena a todas las dependencia públicas lo que puede resumirse en esto: ¡compren medicinas como puedan y donde las encuentren!

Se trata de las “líneas de acción que deberán implementar” las instituciones del sector participantes en la compra consolidada que se encomendó a la UNOPS para garantizar el abasto de insumos de salud.

Dicho mandato sería eficiente si se hubiera realizado en agosto del año pasado, con lo que habría espacio suficiente para la adecuada planeación, suministro y disponibilidad de medicinas.

Lo anterior está lejos de haberse realizado, considerando que la fabricación de medicamentos en los volúmenes requeridos por el sector público requiere un proceso de entre tres y cinco meses.

Eso se les dijo hace dos años a Raquel Buenrostro como oficial mayor de Hacienda y a Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, cuando decidieron romper la cadena de fabricación y distribución.

Andrés Manuel López Obrador se cegó con el cuento de la corrupción y hoy, a la distancia, se cumple la advertencia: México enfrenta desabasto de medicinas y se quedó sin el andamiaje que lo garantizaba.

La UNOPS, que lleva aquí Guiseppe Mancinelli, inició el proceso hasta el 4 de diciembre de 2020, es decir, con por lo menos cuatro meses de retraso para tener disponibilidad oportuna de estos insumos.

La convocatoria fue de mil 183 claves, de las cuales 141 se declararon desiertas, esto es, solo se garantizarán mil 42 medicamentos a partir de julio de este año.

Pero el oficio-circular señala que si a las 141 claves desiertas se le agregan 109 que no fueron incorporados por las instituciones de salud, más 340 que fueron excluidas de la compra consolidada...

Entonces tenemos que, al menos ¡590 claves deberán comprarse como se pueda! Como si lo anterior no fuera ya suficiente, el Insabi, que mal dirige Juan Antonio Ferrer, le sigue subiendo la vara a todos.

Institutos nacionales de salud, hospitales generales y autoridades de las 32 entidades federativas, deben garantizar el abasto de 2 mil 24 claves de este mes de marzo al próximo junio.

Y todo porque se anticipa que las compras encomendadas a la UNOPS no podrán ser solventadas en ese tiempo. Esa oficina solo garantizaría medicinas a partir de julio, unas mil 42 claves que forman parte del proceso de compra que realiza.

López Obrador insistió ayer en la existencia de “una mafia” que controlaba la adquisición de medicamentos para el abasto de estos insumos a las instituciones del sistema de salud público.

“Mafia” que incluso impide la compra de éstos en el exterior: la realidad es que el desabasto se agudiza y que la dupla UNOPS-Insabi simplemente resultó incompetente e indolente.