Japón se opone a pruebas anales de Covid-19 en China

Aseguran causan dolor psicológico.
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Los japoneses que viven en China han quedado traumados luego de las pruebas anales que el gobierno practica a ciertas personas para determinar si portan el Covid-19, porque consideran que dejan graves consecuencias psicológicas, por lo que el gobierno de Tokio exhortó al “dragón asiático” a denter estos exámenes. 

Tras el anuncio, el secretario jefe del gabinete, Katsunobu Kato, aseguró que China no ha respondido a la solicitud, la cual se hizo luego de que cientos de japoneses denunciaron ante su embajada en China haber padecido secuelas y un “dolor psicológico” después del test con un hisopo.

Extraña fijación por esas pruebas

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció a mediados de enero que algunas ciudades toman muestras del recto de las personas para detectar la presencia del virus Sars-Cov-2, pero la medida ha sido muy criticada hasta dentro del país. Pese a la polémica internacional, el gobierno chino ha insistido en que no dejará de usar esta técnica.

Las autoridades han tratado de tranquilizar a los población, bajo el argumento de que estas pruebas “no los harán caminar como pingüinos”, luego de varios videos virales donde gente se quejaba de un malestar en su trasero luego de ser examinado. 

Estos exámenes consisten en insertar un hisopo con punta de algodón alrededor de 1-2 pulgadas en el recto; Li Tongzeng, médico especializado en enfermedades respiratorias en Beijing, expuso que este método es más acertado, ya que los rastros del virus en las muestras del tracto digestivo inferior podrían ser detectables durante más tiempo que las obtenidas del tracto respiratorio. Aún así, dejó claro que no son factibles para campañas masivas, sino para algunos grupos específicos.

Tensión diplomática 

La semana pasada, diplomáticos estadounidenses denunciaron haber sido sometidos a estos tests, pero China negó haberlos practicado y envió un comunicado en el que dijo estar comprometida a garantizar la seguridad de los políticos y sus familias, “preservando al mismo tiempo su dignidad”.