Rectoría del Estado

"Todos quieren vivir a expensas del Estado. Olvidan que el Estado quiere vivir a expensas de todos".

Frédérick Bastiat
 
 
Para el Presidente López Obrador es una cuestión ideológica: el Estado debe ejercer la rectoría sobre la economía. Ése es el impulso de las modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica.

Texas sufrió un apagón, según su narrativa, "porque está muy pulverizado el mando, no hay control porque tienen inclusive mucho más fuerza las empresas particulares que el Estado. ¿Cómo es que se apuesta todo al mercado y se piensa diluir al Estado?".

La verdad es que el sistema eléctrico de la Unión Americana es más eficiente que el mexicano porque no tiene una burocracia central que busque imponerse a las fuerzas del mercado.

Ningún sistema eléctrico en el mundo es infalible. Esto lo ratifican los apagones de California del verano pasado y de Texas de este febrero, estados con sistemas de enormes inversiones y capacidad.

Por eso es tan irresponsable prometer que ya no habrá apagones, como ha hecho en varias ocasiones el Presidente, quien al parecer no ha aprendido las lecciones de los cinco apagones importantes que ha sufrido nuestro País durante su todavía joven Gobierno. Los sistemas eléctricos más diversos son también los más robustos y eficientes.

Al parecer le queda a López Obrador todavía un destello liberal que se traduce en declaraciones como la del 21 de febrero en Baja California Sur: "¡No podemos poner todos los huevos en una sola canasta!... ¿Por qué salimos nosotros?" del apagón del 15 y 16 de febrero, "porque tenemos varias fuentes para generar energía... Nos ayudaron en esta crisis las hidroeléctricas, que las habían dejado en el abandono, estaban subutilizadas".

Coincido con AMLO en que, ante la crisis de generación por falta de gas, un uso mayor de las hidroeléctricas era inevitable. Pero las dificultades de convertirlas en plantas de carga base queda de manifiesto en las quejas de los tabasqueños.

La Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Tabasco ha culpado a la CFE por haber afectado el servicio de agua potable de los municipios de Tacotalpa y Huimanguillo. El agua de las presas, recordemos, no sólo se usa para generar electricidad.

La reforma eléctrica de 2013 entendió la necesidad de diversificar la industria. Por eso abrió la generación, sobre la cual la CFE tenía un monopolio, a la iniciativa privada. Con anterioridad ya se había permitido la inversión particular en plantas de autogeneración, lo que promovió una mayor diversificación del sistema.

Hoy México tiene generación eólica, solar, de ciclo combinado de gas, hidroeléctrica, termoeléctrica, carboeléctrica e incluso nuclear. Esta diversidad nos da fortaleza.

La reforma no avanzó lo suficiente, en buena medida porque se mantuvo el monopolio de la CFE en transmisión y distribución. Pese a que esta empresa es la única que puede invertir en estos campos, no lo ha hecho en montos suficientes. La red de transmisión es la razón fundamental de los apagones de 2019 y 2020.

¿Significa esto que el Estado no debe ejercer una "rectoría" sobre la electricidad? Probablemente sí, pero debe ser el Estado, y no el Gobierno o alguna empresa gubernamental, el que dé orden al sistema con reglas claras y justas.

Para eso se crearon la Comisión Reguladora de Energía y el Centro Nacional de Control de Energía, órganos autónomos del Estado y no simples apéndices del Gobierno o de una ideología. El Estado debe ser un rector eficiente, no el simple protector de un monopolio.