Los salarios suben por más empleos, no por decreto

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En días pasados la Comisión de Salarios Mínimos acordó un aumento en los salarios mínimos promedio en el país de 15 por ciento, para restituir parte de la pérdida que han tenido en los pasados lustros. Una meta válida de la política pública debería ser el crear condiciones que permitan mejorar el ingreso real de los trabajadores en el país. Sin embargo, este tipo de decisiones no va en la dirección correcta para lograrlo, sino que puede estar operando en la dirección contraria. Si elevar salarios por medio de decretos y leyes fuera la solución para superar la pobreza en los países, hace muchos siglos no habría pobres en el mundo. Por otro lado, sorprende que en varios países que tienen los mayores niveles de vida y de ingresos de los trabajadores, no existen salarios mínimos generales, porque consideran que incrementan el desempleo y la pobreza, como es el caso en Suiza.

La forma más efectiva para propiciar el aumento de los salarios es por medio de la creación de una mayor cantidad de empresas, que soliciten más trabajadores para laborar en las mismas, así como una mayor cantidad de puestos de trabajo. Esto eleva de manera natural los sueldos y salarios que están dispuestos a pagar, ya que las empresas compiten entre sí para conseguir los mejores y más productivos trabajadores.

Sin embargo, la manera en que se está disponiendo el aumento de los salarios en el entorno actual tendrá como efecto exactamente lo contrario de lo que se pretende. En este momento la gran mayoría de las empresas están resintiendo una reducción en sus ingresos por efecto de la pandemia y el cierre temporal de la actividad económica, por lo que están tomando decisiones para evitar cerrarlas, como es renegociación con sus proveedores y sus acreedores, sustitución de sus materias primas por otras de menor costo, reducción de sus precios de venta e incluso disminución de los salarios y bonos para sus actuales empleados y trabajadores, entre otras medidas.

Parecería que la medida de pretender elevar los salarios tendría poco impacto en los flujos financieros de las empresas, ya que menos de 3 por ciento de los trabajadores registrados en el IMSS ganan sólo un salario mínimo. Además más de la mitad de todos los trabajadores están en el sector informal o están laborando de manera ‘independiente’, por lo que no se les puede obligar a pagarles o pagarse los incrementos en los salarios mínimos, ni tampoco que reciban las prestaciones, que por ley deberían de obtener.

Sin embargo, la medida de elevar los salarios mínimos por ley sí tiene un impacto en la economía por las siguientes razones: 1) En varios sectores y ramas es mucho mayor el porcentaje que gana el salario mínimo, como es en las maquiladoras, en el sector manufacturero, en el agrícola y sobre todo en los servicios, como es en la industria restaurantera; 2) aunque no es obligatoria por ley, los incrementos en los salarios mínimos se utilizan como referente para los aumentos en el resto de los sueldos; 3) una gran cantidad de los contratos de arrendamientos de bienes inmuebles realizados entre privados se revisan con base en el incremento de la inflación o de los salarios mínimos.

Hay la creencia de que elevar los salarios por ley tendría un impacto en mayor inflación. Sin embargo, esto no forzosamente es así, ya que para que suceda se requiere que los bancos centrales incrementen la liquidez en la economía, con lo que se ‘validaría’ el incremento general de los precios. En el entorno actual de México, con la existencia de un banco central autónomo cuyo objetivo es mantener bajas tasas de inflación, el aumento de los salarios mínimos se reflejará principalmente en cambios relativos de precios entre sectores y productos, en agravamiento de la recesión y en un incremento en el número de personas que laborarán en el sector informal.

Si lo que se desea es elevar los salarios de los trabajadores, se puede lograr por medio de la creación de un entorno en el cual se establezcan una mayor cantidad de empresas formales, sobre todo micro, pequeñas y medianas, para que compitan entre sí por los trabajadores; al mismo tiempo, fomentar la capacitación y la mayor productividad de los trabajadores. Disposiciones que eleven los precios de los energéticos, los impuestos, la inseguridad y cambios frecuentes en las leyes que propician la incertidumbre provocan la reducción en los salarios reales y un mayor desempleo.