2021: el año de la rabia

 

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En su reflexión sobre el 2020, el annus horribilis para la humanidad, el filósofo español Javier Gomá Lanzón comparte su visión de lo que nos espera para el 2021. 

“Ahora la pandemia nos produce un pánico que paraliza la rabia latente. Pronostico que, cuando la pandemia desaparezca el año que viene y salga a la luz la ruina que hemos sufrido, estallará una rabia salvaje en la sociedad como no habíamos conocido antes.”

Una rabia, dirigida por supuesto, a la clase gobernante, a quienes tenían la obligación de proteger la salud pública y nos fallaron catastróficamente. 

Tuvieron que pasar 9 meses y 117 mil muertes reconocidas oficialmente para que López-Gatell pidiera a la población el uso generalizado del cubrebocas. 

Apenas el 2 de diciembre AMLO insistía que “el cubrebocas no es indispensable”. Hoy la Ciudad de México y el estado de México están en semáforo rojo, con el 75 por ciento de las camas de hospital ocupadas, y con todas las actividades económicas paralizadas por lo menos hasta el 10 de enero del próximo año. 

En el resto del país la situación no es diferente; 24 estados reportan semáforo naranja, 3 en amarillo (uno de ellos Tamaulipas) y solo 2 en verde. 

El desprecio de López Obrador por la técnica y el desdén a la ciencia, es lo que tiene a México avanzando hacia el precipicio.  

Para finales de diciembre, en Estados Unidos ya habrá 20 millones de personas vacunadas, para finales de enero 25 millones más. 

En México se espera que para diciembre y enero se puedan vacunar en el mejor escenario a 250 mil personas. 

Mientras que el gobierno federal decide las políticas de salud en base a las encuestas de popularidad del presidente, el virus sigue avanzando. 

Este fin de semana se descubrió una nueva cepa que es 70 por ciento más contagiosa. 

Pero para el gobierno federal la única preocupación es la de mantener el monopolio de las vacunas. 

En México nadie más que las autoridades federales podrán adquirir la vacuna, ni estados ni organismos privados, aunque eso signifique que hasta el 2022 se cumpla con el plan de vacunación contra el Covid-19.

AMLO prefiere pagar funerales a evitar las muertes. 10 mil pesos es el valor de la vida de un familiar o ser querido para el presidente si mueren por coronavirus.

1 mil 170 millones para quien lleve la contabilidad oficial en pesos. Para quienes busquen la cifra real, los expertos sugieren multiplicarlo por tres. 

Pero la crisis de salud no es lo único que ha generado la pandemia; la crisis económica, la crisis de seguridad, la crisis educativa, también son un subproducto de la ineptitud de este gobierno. 

En los últimos 8 meses, de acuerdo al registro del IMSS se han perdido 710 mil 703 puestos formales de trabajo. 561 mil 984 desde que empezó la pandemia, pero 148 mil 719 antes del fenómeno. 

Tristemente las muertes por el virus se seguirán apilando, y también lo harán las pérdidas económicas como la falta de empleos y de oportunidades, y no habrá apoyos sociales que alcancen para la dimensión de la tragedia. 

Ante este panorama sería imprudente pensar en que los delitos y la inseguridad podrán disminuir por arte de magia. 

Y en los hogares donde afortunadamente los padres todavía tienen empleo, se tienen que hacer malabares para que los hijos tomen clases frente a una tele o computadora. Y de la calidad de la educación en estas circunstancias mejor ni hablamos. 

Esta es la ruina y la rabia salvaje de la que habla Gomá Lanzón en su pronóstico para el 2021. 

Una rabia justificada que podrá tener en las elecciones intermedias una válvula de escape.

Por el bien de todos esperemos que los votos sean el conducto social para lograr el cambio, para no repetir lo que vivimos en este 2020, porque si no es así las consecuencias serán mucho peores. 

Pues eso. 

Es bueno saberlo: 1.-El nacimiento del hijo de Dios es esperanza, es fe en un futuro mejor. Estos son mis deseos para usted y su familia en estas fechas, donde la mayor bendición es estar en compañía de los suyos, gozando de buena salud. Feliz Navidad.