Gente importante

"La mitad del daño que se produce en este mundo se debe a gente que se quiere sentir importante".

T.S. Eliot
 
 
No hay duda del recrudecimiento de la pandemia, pero a veces parece que las autoridades están más interesadas en aparentar que están haciendo algo que en detener la propagación de la enfermedad.

El Gobierno de la Ciudad de México decidió que la mejor forma de reducir los contagios en esta época navideña es cerrar los comercios formales del Centro Histórico cada lunes.

La idea, dicen, es reducir el flujo de personas, pero no hay relación entre el objetivo y la supuesta medida preventiva. En el mejor de los casos, quienes no puedan hacer las compras un lunes las harán otro día y aumentarán entonces la aglomeración; en el peor, harán sus compras en los cientos de puestos informales en el Centro Histórico, los cuales no están cerrando.

No hay señales de que las tiendas establecidas sean centros de contagio, especialmente porque aplican estrictas reglas sanitarias. En Quebec, Canadá, donde el gobierno provincial estaba considerando también cierres de comercios por razones de salud, la Metropolitan Fashion Cluster, que agrupa a tiendas de ropa, dio a conocer información que señala que "el sector de menudeo no es un vector significativo en la propagación del coronavirus".

Andrew Lofti, dueño de Dynamite y Garage, dos cadenas con tiendas en Canadá y Estados Unidos, explicó: "Veo a mis empleados, 4,500, y hay cero transmisión en el centro de trabajo. Esta es gente que está en el frente de batalla. No hay organización pública que pueda rivalizar con nuestros resultados". Según el Metropolitan Fashion Cluster, la tasa de transmisión en tiendas de menudeo es de 0.00001 por ciento.

Lejos de ayudar a contener el coronavirus, el cierre de comercios puede crear problemas mayores al aumentar el número de clientes del comercio informal. El único resultado práctico es dar la impresión de que las autoridades están haciendo algo, aunque no logren nada. Son las personas que describió T.S. Eliot en su obra "The Cocktail Party", que se creen importantes y toman medidas que afirman que benefician a todos, pero que en realidad provocan daños a los demás.

La Ciudad de México no es la única entidad que está tomando estas decisiones contraproducentes. Nuevo León ha cerrado los comercios durante los fines de semana, lo cual ha aumentado las aglomeraciones en los demás días. Las prohibiciones a la venta de bebidas alcohólicas están generando sólo distorsiones de mercado, ya que los consumidores se abastecen en otros lugares o por otros medios.

No es esta la primera vez que el Gobierno capitalino toma medidas inútiles o incluso dañinas. En un momento limitó la circulación de los vehículos privados y cerró un número importante de estaciones del Metro y el Metrobús.

El resultado fue aumentar la saturación del transporte público e incrementar los contagios. Lo sorprendente es que esto ocurre en una ciudad que ha tenido mejores políticas para detener el Covid-19 que el negligente Gobierno federal.

La pandemia ha crecido de manera muy significativa. Es importante impulsar medidas que reduzcan los contagios. El Gobierno capitalino ha hecho lo correcto al promover el uso de las mascarillas, aun en momentos en que el Gobierno federal lo desaconsejaba.

Las medidas de aislamiento pueden ayudar, si están bien pensadas. Pero cerrar los comercios formales no tiene más consecuencia que apoyar el comercio informal que no protege a sus clientes. Ser importante no significa ser eficaz.