Consuelo Duval confiesa que roba en hoteles y tiendas

Sin pelos en la lengua reveló que robó cuando era joven y que actualmente lo sigue haciendo.
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Consuelo Duval sorprendió a sus fanáticos al hacer una fuerte confesión durante un programa de youtube al que fue invitada pues confesó que cada que va de vacaciones debe robar algo, así mismo contó que durante su adolescencia también hurtó un objeto de una famosa tienda.

Y es que la actriz, comediante e investigadora de ¿Quién es la máscara? Sin pelos en la lengua reveló en “La Cotorrisa” un  programa que se transmite por medio de YouTube que nunca ha comprado una toalla pues todas las roba de los hoteles.

¿Ladrona?

Resulta que Consuelo Duval se sinceró y contó que cada que sale de vacaciones y se queda en un hotel tiene la necesidad de robar una de las toallas que hay en las habitaciones pues “raspan distinto”.

“Confesión: yo en mi casa no tengo una toalla mía. Nunca en mi vida (he comprado). Pero sí me robo las toallas de los hoteles porque raspan diferente. Te lo juro: te hacen sentir diferente, es algo raro”,contó Consuelo

Sin embargo, la investigadora de ¿Quién es la máscara? Reveló que nunca ha metido en problemas a las o los empleados de los hoteles pues siempre se asegura que no les cobren las toallas faltantes a ellos pues de ser así se las paga.

Además Consuelo asegura que en los hoteles que se queda ya hasta la conocen y saben que se roba las toallas. “Llego, siento la toalla y digo ‘Esta me la robo’, entonces, le digo a la camarista: ‘Oye, ¿te cobran las toallas?’. ‘Sí’. ‘Ah, bueno, porque te van a cobrar esta’, si se las cobran, yo se las pago y, si no se las cobran, me robo dos. Todos los hoteles saben que me robo las toallas. Todos lo saben”.

Desde joven roba

Consuelo Duval cuenta que cuando era joven robó en una de las tiendas conocidas como “El Sardinero” pero que supo disimular muy bien el robo ya que compró unos “pingüinos” para disimular lo que había hurtado.

Y es que Consuelo Duval relató que quería regalarle a un amigo una tarjeta de regalo, así que solo entró a la tienda antes mencionada, la tomó, la escondió entre sus pantalones y compró unos panecillos para disimular.

Fue así como nadie de las autoridades de aquella tienda la cacharon robando.