Caso Maradona: Empleado de funeraria se entrega a la policía

Diego Antonio Molina se puso a disposición de la Justicia en compañía de su abogada. Por varias horas no se supo nada sobre él.
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La muerte de Diego Maradona (60) causó dolor y despertó el respeto de millones de personas alrededor del mundo. En medio de la conmoción, también hubo un acto condenable: empleados que prepararon el féretro del ídolo se sacaron fotos con el cajón abierto. Uno de ellos se presentó este sábado ante la policía tras la viralización de las imágenes.

Diego Antonio Molina (40), el empleado de la funeraria Pinier, se presentó durante la mañana en la Comisaría Vecinal 15A en la calle Guzmán al 300 junto a su abogada. En la foto viralizada se lo ve inclinado sobre el cuerpo de Maradona, mirando a cámara, con el pulgar de su mano izquierda hacia arriba mientras que con la derecha toca la frente del exfutbolista.

Clarín accedió al detalle de sus antecedentes y cuenta con dos causas, una de 2016 y otra de este mismo año, 2020. La primera por el delito de usurpación y, la segunda, por un incidente de violencia de género.

Apenas un par de minutos después de que las fotos se viralizaran, las redes sociales se llenaron de información acerca de su paradero. Y también comenzaron a circular amenazas y mensajes advirtiendo que "La 12", la barrabrava de Boca, había prometido vengarse.

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Claudio Fernández fue el otro empleado que tomó una foto junto al féretro de Maradona y fue el primero en dar la cara y en mostrarse arrepentido por lo que hizo. "Lo estábamos acomodando antes de llevarlo y sacaron la foto. Pido respeto y perdón a todos. Sé que mucha gente se ha ofendido, lo han tomado mal, sé que molestó. En ese momento estaba pensando, con los nervios de que quede bien Maradona. Si vos ves la foto, justo levanté la cabeza porque me dijeron: 'Flaco'. Fue algo instantáneo.​ Soy de las personas que no piensan en sacar fotos con féretros y fallecidos, por respeto. Jamás pensé que lo iban a subir o pasar a un grupo", explicó Fernández a Radio Diez.

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Y además de aclarar que también hablaba por Ismael, su hijo, reiteró que la foto no fue sacada desde su teléfono y que, pese a lo que se aprecia en la imagen, no posaron de manera intencional.

César Picón, dueño junto a sus hermanos Diego y Matías de la casa velatoria Pinier, ubicada en el barrio de Paternal, aclaró a Télam que los dos hombres y el joven no pertenecían a la empresa, sino que habían sido contratados para colaborar con el sepelio.

Matías Morla, amigo y abogado de Maradona, prometió ocuparse “personalmente de encontrar al canalla que tomo esa fotografía” y hacer “pagar a todos los responsables de semejante acto de cobardía”.

Nada se supo de Molina por unas cuantas horas. Se dijo que estaba escondido en su casa, que había desaparecido, que había buscado refugio en la provincia de Salta y hasta que había caído en las garras de las barras del Xeneize, de Argentinos Juniors y de Gimnasia, el último club que dirigió Maradona.

Desde la Comisaría informaron que efectuaron una consulta con la Fiscalía Contravencional 24, que entiende en la toma de las fotografías, y que solo recibieron instrucciones de tomarle los datos filiatorios y teléfonos de contacto.

En tanto, el club Argentinos Juniors anunció a través de su cuenta de Twitter que por decisión unánime de la Comisión Directiva había elevado al Tribunal de Disciplina el pedido de expulsión como socio de la persona que se fotografió junto al féretro de Diego Armando Maradona.