Pilar compite contra Maki

 

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1.-Tampoco puede. A la alcaldesa sustituta de Victoria ya le tronó otro problemón, y es que la maquiladora Aptiv1 se va de Victoria y se lleva sus 2 mil empleos.

El cierre, claro está, es consecuencia de la crisis generada por la pandemia.

El asunto es que las autoridades municipales poco o nada han hecho en materia económica para evitar el cierre de negocios y comercios. Cero apoyos, cero incentivos.

Porque mientras en otros municipios se ha vuelto una prioridad el rescate de las fuentes de trabajo, aquí en la capital de Tamaulipas se están haciendo bolas con la recolección de basura, los baches, la falta de agua y la limpieza de áreas verdes.

Y esto ya le quedó claro a los victorenses: si Xico no pudo, Pilar menos.

2.- Tierrosa. Tal parece que Pilar extraña mucho Reynosa, y la extraña tanto que ya empezó a destrozar las vialidades de la ciudad porque quiere que Victoria se parezca a su lugar de nacencia.

Nada más dese una vuelta por el primer cuadro de la ciudad para que vea de que hablo. Comprobará que la competencia entre Maki y Pilar por ser la peor alcaldesa va en serio. 

Ojalá que así como Pilar quiere convertir a Victoria en Reynosa 2, también se traiga a McAllen, digo, de perdido para hacer el windows shopping.

3.-Vacuna. El Gober de Tamaulipas volvió a tomarle la delantera al Gobierno Federal, y es que Cabeza de Vaca ya anunció que ningún tamaulipeco se quedará sin vacuna contra el coronavirus. 

Porque a diferencia de AMLO, el gobernador etiquetará recursos del presupuesto del próximo año para comprar el medicamento contra el Covid-19.

Hasta la fecha López Obrador no ha dicho con qué dinero comprará la vacuna, porque el presupuesto de Salud federal apenas aumentara 1.8%, que será destinado para 18 mil 426 plazas laborales, así que por ahí nada de billete para vacuna. 

Y ya sabe que sin billete pues lo demás son puras buenas intensiones. 

Así que bien por el Gober que se adelanta a los errores y caprichos del Presidente.

Pero mientras llega la vacuna no se descuide y sígase protegiendo. 

4.- No hubo alianza. Pues ahí tiene que al cuarto para las 12 se abortó la alianza entre el PRI y el PAN en Nuevo León. Es más, tan fría estuvo la cosa que ni coito hubo.

Los enterados de las negociaciones dice que el PAN aceptó ceder la candidatura a la gubernatura a cambio de 4 alcaldías del área metropolitana (Monterrey, Guadalupe, San Nicolás y Santa Catarina) y la mayoría de las diputaciones federales y locales.

Lo que al PRI no le gustó, con todo y que les dejaban la silla grande.

Le cuento esto para que se de una idea de lo difícil que es lograr que priistas y panistas se pongan de acuerdo. 

Así que si no ocurre algún milagro navideño, váyase despidiendo de una coalición entre azules y tricolores en Tamaulipas.

5.-Mea culpa. Si todavía tenía la menor duda que nuestro presidente gobierna a base de ocurrencias, seguramente con su última puntada ya se lo dejó bien confirmado.

Y es que ayer en su mañanera (off course), don AMLO anunció un apoyo universal de 11 mil pesitos para pagar los gastos funerarios de las personas que hayan muerto por coronavirus.

Mire que chulada, ahora entiende porque López Obrador le da gracias a la providencia por el virus y reconoce que le cayó como “anillo al dedo”.

Lo de él es aprovechar cualquier pretexto para tirar el dinero. Y no me mal interprete, que bueno que se apoye a los deudos, pero seguramente ellos y usted, querido lector, prefieren que sus conocidos, amigos o familiares no se mueran de Covid en lugar de recibir el mentado apoyo.

Esos 11 mil pesos por persona serían más útiles al invertirlos en la prevención de la enfermedad, no en el entierro de sus víctimas.

Mejor gastar ese dinero en pruebas de detección, cubrebocas, material médico, respiradores, la vacuna o hasta incentivos para el personal del sector salud que llevan 8 meses partiéndosela en la raya.

Eso es lo que haría cualquier gobernante sensato si su objetivo fuera el de proteger a la población. Pero como lo único que le interesa a AMLO son los votos del próximo año, pues él no entiende otra forma más que la de entregar billetes para comprar voluntades.