El empate técnico en la segunda encuesta para definir al próximo dirigente nacional de MORENA desató una guerra al interior del movimiento.
Y cómo no, si en las elecciones del próximo año se competirá por 3,504 cargos: 15 gubernaturas, 500 diputaciones federales, 1,063 diputaciones locales y 1,926 ayuntamientos.
Sin olvidar que será la antesala para la pugna por la candidatura presidencial de 2024.
Esto por supuesto que tienen trascendencia en Tamaulipas, pues la corriente ganadora llevará mano en la designación de las candidaturas para las elecciones locales de 2021 y 2022.
En nuestro estado la mayoría de las tribus morenistas respaldan la candidatura de Mario Delgado, aunque no todos están tan cerca de él como aparentan.
En Nuevo Laredo los morenistas son de la corriente de Ricardo Monreal.
En Reynosa, Maki recién se subió al equipo del alfil de Marcelo Ebrard.
En el centro del estado, los morenistas de Victoria están con Mario Delgado, aunque Mario Delgado no está con ellos.
Mientras que en el sur, Oseguera y Erasmo González tampoco tuvieron opción, pues siguieron la línea de Alfonso Ramírez Cuéllar.
Así que a todos ellos poca gracia les debió de hacer que Muñoz Ledo haya ganado la primera y segunda encuesta, donde en esta última tuvieron que recurrir a un tecnicismo (esos que tanto aborrece la Cuarta Transformación) para impedir su llegada.
La victoria de Porfirio sería un cisma para los morenos de Tamaulipas, que de por si son incapaces de ponerse de acuerdo aún y cuando respaldan una misma candidatura.
De ahí nace su apoyo a Mario Delgado, pues su llegada les garantiza cuando menos mantener su coto de poder, por pequeño o grande que este sea.
Estamos hablando de lo que ocurre al interior de MORENA, lo que no quiere decir que los candidatos que surjan del partido del presidente tendrán ganada la elección de forma automática en Tamaulipas.
Sin embargo, lo que sí nos puede decir el reparto de las candidaturas para el proceso de 2021 es cual corriente de MORENA en Tamaulipas tomará la delantera por la lucha de la candidatura para 2022, lo que no es cosa pequeña.
La guerra de escupitajos en que se ha convertido el proceso interno de MORENA le ha venido muy bien a AMLO, quien la ha utilizado como distractor ante la opinión pública.
Y es que López Obrador prefiere que el pleito entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard ocupe los reflectores de los medios, y no el viaje de su esposa por París y El Vaticano en tiempos de austeridad republicana.
Los gritos entre Porfirio y Mario Delgado también ayudaron a desviar la atención del robo de medicamentos para el tratamiento de los niños con cáncer.
Y de las cifras de contagios de la pandemia, que sigue sin poder ser controlada.
La extinción de los fideicomisos y la discusión del presupuesto también pasaron a un segundo plano, y todo gracias a la disputa interna del movimiento.
Eso la oposición lo tiene claro, y aunque el próximo dirigen nacional de MORENA sea un factor clave para definir las candidaturas, la elección interna los tienen sin cuidado.
Porque el resto de los partidos sabe que los recursos para las campañas morenistas salen del propio gobierno federal, empezando por “las mañaneras” del presidente.
Por eso la fuerte declaración del gobernador Cabeza de Vaca este fin de semana en Tampico.
“Se está abusando del poder, queriendo someter a otros poderes, queriendo someter a los estados, a los municipios. Pero sobre todo, que está violentándose una de las acciones que son esenciales para el desarrollo del país, me refiero a la democracia”, dijo.
Así que por lo menos en el PAN Tamaulipas tienen muy claro quién será su adversario en la elección de 2021, no importa quienes aparezcan en las boletas o quien gane la dirigencia nacional de MORENA.
Pues eso.