‘No grites, porque te mato’

Valiente mujer lucha por su vida y hace huir a su atacante
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“No grites porque te mato” fue lo primero que escuchó al despertar Cristina, una madre de familia de tres hijos de 29 años de edad, quien estaba dormida en su cama cuando sintió que su atacante le tocaba el rostro y le deslizaba un cuchillo por el cuello.

Aterrorizada aún por lo ocurrido, Cristina narró en redes sociales lo sucedido la madrugada del pasado jueves, pues el atacante se metió sigilosamente a su casa de la colonia Revolución y trató de agredirla; ella decidió hacer su denuncia pública y dar entrevista para alertar a sus vecinos y a la ciudadanía.

Cristina señaló que se encontraba dormida en su habitación cuando alrededor de las 4:00 de la madrugada sintió tocamientos en partes de su cuerpo, lo que la hizo despertar en la oscuridad y tratar de reaccionar. Callada por la amenaza que acababa de recibir, con sus manos trató de identificar al hombre que sorpresivamente estaba casi encima de ella, al pie de su cama.

El atacante al ver que se despertó le colocó un cuchillo en el cuello y le insistió al oído: “en serio no grites porque te voy a matar”. La impotencia de saberse sometida y no saber cómo se encontraban sus hijos pequeños, dormidos en otras habitaciones, la hizo mantenerse en calma, con mil ideas por la cabeza sobre lo que estaba pasando.

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A jalones y advertencias en voz muy baja pero amenazante el atacante trató de forzar a Cristina a que se pusiera boca abajo en su cama. Insistía en que si hacía cualquier ruido la mataría con el cuchillo, que –supo después la víctima– era de los suyos y había sido tomado de la cocina por el desconocido agresor.

El atacante logró ponerse encima de ella cuando la había sometido. Fue en ese momento cuando Cristina decidió jugársela, atacándolo con los codos mientras se trataba de soltar, lo que hizo perder el cuchillo al agresor. Desarmado comenzó el forcejeo entre ambos.

En la lucha por defender su vida, Cristina logró detenerlo con los pies y ambos cayeron de la cama, pero ella quedó de nuevo abajo de él. El sujeto luchaba por recuperar el cuchillo, pero la mujer pudo alcanzarlo antes al menos para aventarlo más lejos, al tiempo que le pegaba con los brazos y las piernas.

Cristina pudo jalarlo del cabello y golpearlo hasta que él gritó y se dio por vencido, brincó por la cama, salió de la recámara y luego por la puerta principal de la casa para salir corriendo y perderse por las calles.

La afectada considera que el agresor ya la tenía identificada desde hace algunos días, pues no robó sus pertenencias.

Al recapitular lo ocurrido se dio cuenta que el atacante tomó un cuchillo de su cocina y sacó su ropa interior que tenía en una cómoda en el dormitorio; incluso cerró la puerta del cuarto donde dormían sus hijos menores de edad para que no escucharan.

Sin recuperarse del susto y luego de cerciorarse de que sus hijos estaban bien y dormidos, llamó al 911 primero y luego a una familiar que vive cerca, en el mismo sector de la colonia Revolución. Pese a que su vivienda está a sólo tres cuadras de la comandancia norte de la Policía municipal, la patrulla tardó cerca de 10 minutos en llegar.

Antes llegaron los familiares de Cristina al lugar, quienes a bordo de dos camionetas hicieron rondines por las calles en busca del sujeto. La Policía no se sumó al operativo que habían montado los parientes de la afectada.

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Cristina critica esa deficiencia de la Policía municipal y aún más el actuar del Ministerio Público, pues cuando acudió a presentar su denuncia minimizaron lo ocurrido, a pesar de que tanto ella como los vecinos creen que es una prioridad para la seguridad prevenir y evitar más ataques de ese violador que anda suelto por las calles de la colonia Revolución.

Cristina muestra las huellas del forcejeo en su cuello, el cuchillo que dejó el agresor y un foco quemado (con señas de haber sido usado para fumar cristal) que también dejó en alguna parte de la casa, como evidencias de lo ocurrido.

Ahora se dice agradecida de estar bien y que sus hijos no hallan vivido esa pesadilla; también agradece que su historia haya terminado mejor de las que terminan con mujeres violentadas y muertas.

Por ello aconseja a las demás mujeres a estar vigilantes, estar alertas y pensar siempre en la seguridad, cerrando las puertas de sus casas y preparándose para reaccionar a un ataque que en una ciudad como esta lo puede padecer cualquier mujer, en cualquier momento.

“No tengan miedo, luchen, peleen por la vida propia y la de sus hijos... podemos sobrevivir”, dice Cristina con lágrimas en los ojos.

Finalmente reprueba el quehacer de las autoridades de seguridad municipales y estatales. “Les falta hacer mucho, mucho los recorridos de vigilancia son importantes y que den con él ya que mañana puede ser otra mujer, que entre en pánico y no logre defenderse y pierda la vida”, concluye.