Danna murió por diabetes, pero  sus órganos salvaron muchas vidas 

Papás de la pequeña tamaulipeca decidieron que su hija ayudara a dar vida. 
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Ciudad Madero, Tamaulipas.- Danna Paola Arcos Reyes era una pequeña que siempre regaló lo mejor de ella: en la escuela, con su familia y sus vecinos.

Ya está descansando, pero sus papis se empeñaron en que su hija siguiera regalando vida y donaron varios de sus órganos, incluso piel.

Ella aprendió a vivir con diabetes infantil desde muy pequeña, era tan fuerte que todos los días aguantaba como una verdadera heroína los tres piquetes de insulina.

Estudiaba en una escuela especial, en un centro de atención múltiple y nos enseñó a todos como su corazón y su alma; se anteponía al diagnóstico de inteligencia cognitiva reducida.

Ella ingresó al Hospital Regional número 6 del IMSS en Ciudad Madero, el 24 de diciembre por glucosa alta, ahí permaneció 2 meses, y luchó. Luchó tanto que soportó dos paros cardiacos y respiratorios.

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Ahora ella está descansando, pero sus papás tuvieron el gesto más hermoso que otro ser humano puede hacer por sus semejantes: decidieron que Danna siguiera regalando vida, así fue como donaron sus órganos; sus ojos permitirán a otro niño poder ver; su corazón podrá latir en el pecho de otra persona, e incluso su piel volverá a sentir el golpe del aire en el cuerpo de alguien más.

Los médicos que la atendieron, su familia, profesiones y demás que la conocían, decidieron rendirle un homenaje el sábado por la tarde, cuando su cuerpo salió de su última cirugía, en esa que le permitirá ser recordada siempre, con sus ojos llenos de chispa, su sonrisa capaz de alegrar a todos y esa alegría que no perdió ni en dos meses de estar internada.

Entre aplausos, globos y flores su cuerpo salió del hospital, su mamá y papá estaban deshechos, pero aún así decidieron regalar vida.