INSABI, otro engaño más 

Si de un día para otro se le acerca un conocido a pedirle que le entregue un cheque en blanco firmado ¿lo haría?. 

Pues ocurre lo mismo con el acuerdo entre estados y federación sobre el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). 

Así de absurda es la petición del Gobierno Federal, que sin tener las reglas de operación del nuevo modelo nacional de salud que inició desde el 1 de enero de este año, quiere que los gobiernos estatales se comprometan, sin condiciones, a entregar sus recursos e instalaciones destinados a los cuidados de la salud a los caprichos federales. 

Porque finalmente de eso se trata, de quitarle recursos a los estados para que la federación pueda presumir sus programas sociales, que por otra parte son costosos e ineficientes. 

El propio líder del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Secretaría de Salud tuvo que salir a desmentir al propio presidente y dejar en claro que el “Insabi no dará servicios gratuitos como dijo AMLO”. 

Qué tiene que ver un líder sindical, se preguntará usted. Pues a ese grado es la mentira del presidente que los propios trabajadores de salud han tenido que salir a defenderse porque la población los culpa a ellos y no al ejecutivo federal del desastre en que se ha convertido acceder a una consulta o recoger algún medicamento. 

¿Y cuál es el riesgo para los estados en no firmar dicho acuerdo? En el papel, ninguno. 

La ley los protege y no perderán los recursos que les corresponden, en el papel. 

Pero aquí en Tamaulipas ya sabemos que eso no es lo que ocurre en la realidad, pues por el simple hecho de no estar de acuerdo con el presidente, el gobierno federal le ha retenido los recursos al estado para la compra de medicamentos: 220 millones de pesos en lo que va del año. 

Como político no se puede llegar más bajo, regatear la salud y la vida de la población, de cientos de miles de personas, para lograr sus caprichos. A ese nivel ha llegado la Cuarta Transformación.

Hasta el momento van 8 Estados de la República que se han negado a firmar el convenio, entre ellos Tamaulipas (Jalisco, Baja California Sur, Nuevo León, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Durango son el resto), y lo único que piden los mandatarios estatales es que la Secretaría de Salud les informe las nuevas reglas y condiciones con las que operará el INSABI. 

Que por increíble que parezca no las tienen, porque si las tuvieran no estaríamos padeciendo este embrollo. 

Pero no solo es falta de reglas de operación; no hay manuales, ni una planeación detallada de su implementación, no se realizó una prueba piloto y tampoco se le dotó de mayor presupuesto.

Y ya hablamos de los enfermos que están luchando por su vida por este desastre, pero no se olvide de los cientos de trabajadores de salud en todo el país que también fueron despedidos y a los que se les ha negado una liquidación como lo marca la ley. 

La semana pasada 220 de ellos se manifestaron en la capital del estado precisamente porque desconocen su situación laboral y el futuro que les espera en este nuevo modelo de salud. 

En estos últimos meses el Senador por Morena de Tamaulipas, el Doctor Américo Villareal Guerra, promovió las supuestas bondades de este nuevo modelo que él mismo ayudó a crear. 

Pues sería bueno que el victorense saliera hoy a explicar el desorden y las reglas de esta nueva ocurrencia presidencial, y de qué forma va afectar a los tamaulipecos que padecen alguna enfermedad o están luchando por su vida por un problema de salud. 

Quien se acostumbra a presumir con sombrero ajeno generalmente es porque no tiene logros propios que presentar. Y eso es lo que estamos padeciendo con este adefesio llamado INSABI. 

Cuando el Presidente miente o se sale por la tangente, sus seguidores lo defienden y hasta le aplauden la ocurrencia. Pasará lo mismo ahora cuando de lo que estamos hablando es del costo de vidas humanas… es pregunta. 

Pues eso.