Rebaja del 50%

Para abrir boca sobre el tema que nos ocupa, le propongo una afirmación atada a una interrogante fundamental. Primero, es indudable que los partidos políticos no gozan, desde hace varios años, de la estimación ciudadana y defenderlos se convierte en una batalla perdida de antemano. Segundo, ¿realmente es elevado el monto del financiamiento público que reciben?

Vámonos por partes, Jack the Ripper dixit. De acuerdo al Latinobarómetro 2018, las instituciones insignia de la democracia constitucional, han visto descender el aprecio y la confianza ciudadana, en las 18 naciones evaluadas. México una de ellas y los partidos entre aquellas. Mire usted, en nuestro país el 23% dice tener confianza en el Poder Judicial y el 22% en el desempeño del Poder Legislativo.

En el Instituto Nacional y el Tribunal Electoral, es decir, en el arbitraje electoral, el nivel de confianza se ubica en el 32%, mientras que en 2018 la confianza en el Poder Ejecutivo, con el Presidente PEÑA NIETO a la cabeza, fue apenas de 16%. Pero en el sótano de la desconfianza se encuentran los partidos políticos, en donde los ciudadanos entrevistados por el Latinobarómetro, les otorgaron un raquítico 11% de confianza.

Tomando en cuenta lo anterior, no queda la menor duda de la crisis por la que atraviesan las instituciones representativas de la democracia, y sobre todo, los institutos encargados constitucionalmente de llevar al pueblo al poder mediante el voto y representarlo, a través de sus candidatos, en los espacios públicos en donde se encuentra la solución de sus necesidades.

Los partidos políticos andan de capa caída y no logran aminorar la desconfianza ciudadana, con el agregado de que el 88% de los electores mexicanos, afirman que la élite en el poder (la mafia AMLO dixit) gobierna solamente para beneficio de unos cuantos grupos. Y para acabarla de amolar, el 61% de los entrevistados sostiene que personajes de esta élite gobernante, están involucrados en actos de corrupción, como se está ventilando actualmente.  

Con estas cartas credenciales a la baja, es más fácil entender la paliza de votos que recibieron en la elección presidencial de 2018 y junto con pegado, el triunfo apabullante de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y su partido que no lleva, precisamente por el descrédito que sufren, nombre de partido sino Movimiento: el de Regeneración Popular.

Hasta aquí, los porcentajes de Latinobarómetro producen coincidencias sobre el mal momento por el que atraviesan los partidos en México. En donde podemos no estar de acuerdo, es en la respuesta a la interrogante planteada inicialmente, sobre si el monto del financiamiento público que reciben es elevado o no, y si lo procedente es disminuirlo (a la mitad) como la bancada de MORENA lo propone en la Cámara de Diputados, modificando la fórmula para su cálculo localizada en el artículo 41 de la Carta Magna.

De acuerdo a este numeral, el monto del financiamiento público que los partidos reciben para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes, será el resultante de multiplicar el número de ciudadanos que se encuentren inscritos en el Padrón Electoral, por el 65% del valor diario de la Unidad de Medida.

Si aumenta el número de ciudadanos empadronados, como sucede lógicamente año con año, o se incrementa el valor de la Unidad de Medida, en consecuencia el monto del financiamiento crece. Por ejemplo, en 2015 el financiamiento para el sostenimiento de los partidos fue de 3,909 millones 545 mil 803 pesos, y para 2019 ascendió a 4,728 millones 699 mil 868 pesos: un incremento de 27.6%.

Pero, y aquí está el detalle chato (Cantinflas dixit), el incremento es menor al del Presupuesto de Egresos Federal en este mismo periodo, que fue de 29.8%, y al referenciarlo contra el monto del PEF y del PIB, su proporción permanece igual en este mismo lapso: 0.02% y 0.0002%, respectivamente.

Esto es lo que cuestan los partidos: 2 centavos por cada 100 pesos que egresan del PEF y 2 centésimas de centavo por cada 100 pesos del valor anual que tiene la economía mexicana.

Obvio: el partido en el poder será el menos afectado por la rebaja del 50%.