Fortuna de Bartlett

"Nuestros adversarios, los conservadores,
los que se dedicaron a saquear, ahora
son opositores y están queriendo confundir
con el propósito de enrarecer el ambiente,
hacer creer que todos somos iguales,
cuando no es así".

Andrés Manuel López Obrador
 
De por sí Manuel Bartlett es un hombre rico. Parece casi un requisito para ser miembro del Gabinete presidencial.

En su declaración patrimonial de este 2019 reportó un patrimonio de 51 millones de pesos y afirmó que había percibido ingresos por 11 millones de pesos en el último año.

Un trabajo periodístico de Arelí Quintero para los espacios de Carlos Loret de Mola, sin embargo, sugiere que la declaración patrimonial del hoy director general de la Comisión Federal de Electricidad no cubre más que un fragmento de su verdadera riqueza.

El reportaje de Quintero aseguraba que la pareja de Bartlett, Julia Elena Abdala Lemus, y los hijos de ambos, han adquirido cuando menos 11 propiedades de lujo en la zona de las Lomas de Chapultepec, de la Ciudad de México. Muchas fueron a "precios de ganga", pero en total tendrían un valor superior a los 800 millones de pesos.

El tema de debate por el momento es si Bartlett tenía obligación de declarar estas propiedades, las cuales no están escrituradas a su nombre.

La señora Abdala Lemus no es su esposa, pero sí son pareja y viven juntos desde hace años, mientras que los hijos de ambos son ya mayores de edad y no son dependientes económicos del director de la CFE. Tengo entendido que la ley obligaría a Bartlett a declarar las propiedades de su pareja, pero no las de los hijos que no sean dependientes económicos. La autoridad, sin embargo, tendrá que especificarlo.

El reportaje ha adquirido una mayor relevancia por las respuestas de Bartlett, quien claramente no tiene una buena política de comunicación.

El 28 de agosto declaró en Twitter que Loret y su reportera Quintero "han montado un sainete en radio con mentiras y afirmaciones que rechazo categóricamente. Periodismo venal".

También emitió un comunicado en el que decía que "lo que he declarado ante la autoridad es el único patrimonio que poseo, ni un peso más ni un peso menos", pero lo hizo en dos párrafos sin un solo argumento o dato.

El Presidente López Obrador, quien en uno de sus libros de hace años, "Entre la Historia y la Esperanza", denunció el enriquecimiento de Bartlett, ahora lo defiende.

En su Informe de Gobierno del 1 de septiembre le dio un inusitado reconocimiento, mientras que en su conferencia de prensa del 11 de septiembre afirmó: "Estoy muy satisfecho con el trabajo del licenciado Manuel Bartlett que me apoya en el propósito de limpiar de corrupción la Comisión Federal de Electricidad".

A ojos del lopezobradorismo, Bartlett ha pasado de ser el símbolo del fraude electoral de 1988 a un honesto combatiente contra el neoliberalismo corrupto. Es cierto que la Secretaría de la Función Pública, a cargo de Irma Eréndira Sandoval, ha iniciado una investigación sobre su caso, pero nadie duda que confirmará el espaldarazo que ya le dio el Presidente.

Es muy posible que Bartlett haya presentado una declaración patrimonial apegada a la ley. En principio, no tendría por qué declarar lo que han comprado sus hijos. Su pareja, por otra parte, proviene de una próspera familia empresarial.

Sin embargo, si la historia de las compras multimillonarias es cierta, y hasta ahora nadie la ha negado, estaríamos frente a una familia que se enriqueció en los tiempos del neoliberalismo, cuando supuestamente el País estaba hecho ruinas.