Depresión espantosa

Cuando en 1974 López Obrador estudiaba en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y se daba tiempo para integrarse al grupo político de tabasqueños, integrados en el gabinete de Luis Echeverría Álvarez y comandado por el titular de la SARH Leandro Rovirosa Wade, con quien colaboraba Américo Villarreal Guerra, en Michoacán el cuarentón ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, confrontaba a la dirigencia nacional del PRI.

Resulta que Cárdenas Solórzano se había placeado buscando la candidatura de su partido para la gubernatura de Michoacán, pero el Presidente Luis Echeverría Álvarez decidió que fuera Carlos Torres Manzo el ungido, siendo destapado por Jesús Reyes Heroles, presidente del CEN tricolor.

Al terminar sus estudios en 1976, López Obrador marcha a Tabasco para apoyar a Carlos Pellicer en su candidatura al Senado, mientras Cárdenas Solórzano va a Michoacán para ganar y ser senador por unos meses, antes de convertirse en Subsecretario de la SARH y en 1980 ganar la gubernatura michoacana, teniendo a Diódoro Guerra Rodríguez como Secretario de Educación.

Mientras López Obrador trabaja con los chontales en Tabasco, con el apoyo de Ignacio Ovalle, y pasa como estrella fugaz por el gobierno de Enrique González Pedrero, Cárdenas Solórzano es punta de lanza con Porfirio Muñoz Ledo, en la construcción de la Corriente Democrática del PRI, de la cual derivaría el Frente Democrático Nacional que lo postularía a la presidencia en 1988.

Cuenta Agustín Ortíz Pinchetti en su libro “AMLO con los pies en la tierra”, que fue en una gira por Tabasco durante la campaña presidencial de 1988, cuando “Cuauhtémoc Cárdenas se enteró de la existencia de Andrés Manuel, quien había roto con el gobernador González Pedrero y era popular en la región”, dato que decide la invitación de Cárdenas para que sea candidato a gobernador del FDN, “y Andrés Manuel aceptó”, provocándole una “depresión espantosa” que lo orilló a renunciar a la candidatura pera después aceptarla nuevamente (p.58).

En 1989 Cárdenas Solórzano es presidente nacional fundador del PRD y López Obrador lo encabeza en Tabasco, partido que los postula por segunda ocasión a la presidencia de la república y a la gubernatura de Tabasco, en 1994, hasta que en 1997 Cuauhtémoc hace historia, al noquear al PRI en la elección de Jefe de Gobierno del DF, con Andrés Manuel dirigiendo al PRD en el país.

Cárdenas Solórzano pierde su tercera y última elección presidencial en 2000, en tanto que López Obrador lo releva como Jefe de Gobierno del DF, ganando con este cargo presencia nacional que lo proyecta a su primera elección presidencial en 2006, tomando la estafeta que le hereda Cuauhtémoc y siguiendo el camino zanjado por el hijo del General Cárdenas del Río.

Alejado de los reflectores y distanciado de López Obrador, Cárdenas Solórzano recibe en 2011 la Medalla Belisario Domínguez que entrega el Senado y al año siguiente Miguel Ángel Mancera Espinosa lo nombra Coordinador de Asuntos Internacionales del Gobierno de la CDMX

Viena a cuento la biografía política anterior, por el merecido homenaje rendido a Cárdenas Solórzano por la bancada de MC en el Senado, el martes pasado, en donde Francisco Labastida Ochoa le dijo celebrar que México tenga un hombre de tu “talla, valor, congruencia y sensatez”, lamentando que no haya ganado la Presidencia de la República “porque el país estaría mejor”, afirmó con jiribilla (te lo digo a ti para que lo escuche AMLO) quien fuera su adversario en la histórica elección ganada por Fox en 2000.

Justo y merecido el homenaje rendido a quien fue punta de lanza de la transición democrática desde 1988, que derivó en la primera alternancia presidencial de 2000, sembrando las bases del movimiento continuado y capitalizado por AMLO.