prisión perpetua por el femicidio de una joven trans

Azul Montoro fue asesinada en 2017 por Fabián Alejandro Casiva. Dos años después, el autor del crimen recibió la sentencia

Un hombre fue condenado este jueves a prisión perpetua por el femicidio de la joven trans Azul Montoro, cometido en 2017 en Córdoba, en la primera sentencia que aplica esta figura penal para ese colectivo en la provincia.

La condena dispuesta por la Cámara Novena del Crimen cordobesa, que coincidió con los pedidos unánimes de los jurados populares y el fiscal de juicio Gustavo Arocena, recayó sobre Fabián Alejandro Casiva (26), quien ya había reconocido ser el autor del hecho.

Tras conocerse el fallo, la madre de Montoro, Alejandrina Torres, dijo a la prensa: "No hay disculpas para estos casos así, ahora descansa en paz. Por un lado estoy contenta y por el otro no, igualmente ahora descansa en paz y estamos tranquilos".

"Estoy más tranquila, se hizo justicia y el asesino tiene que pagar", agregó la compungida mujer, quien estuvo acompañada por integrantes de organizaciones feministas y diferentes movimientos sociales que presenciaron el dictado de la sentencia.

Por su parte, el abogado querellante, Tomás Aramayo, destacó que la sentencia aplicó "la calificación legal" que propuso "desde el origen" de la causa. "Hemos hecho historia", opinó satisfecho y luego agregó: "Fue un largo camino de dos años hasta que logramos justicia, la decisión del tribunal ha sido muy buena porque se han valorado todas las pruebas".

En tanto, el abogado de Casiva, Javier Rojo, quien había solicitado la absolución y cuestionado la aplicación de la figura del femicidio, sostuvo que "si su imputabilidad está en duda, se debe fallar a favor del acusado".

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Mientras que Kitty Quispe, subdirectora de Políticas de Género de la Municipalidad de Córdoba y la primera funcionaria trans de la institución, indicó: "Vengo no como funcionaria sino para solidarizarme porque los femicidios y crímenes de odio deben parar". "La muerte no tiene género", afirmó Quispe, quien apoyó la perpetua al femicida "para que esa persona no salga y vuelva a haber otra Azul".

La audiencia comenzó con las "últimas palabras" de Casiva, quien le pidió disculpas a la familia de Montoro: "Estoy arrepentido de corazón de lo que hice".

"Yo también soy un ser humano, no le voy a devolver la vida a ella, pero estoy rendido y no entiendo lo que está pasando, y les pido disculpas, lo lamento", señaló el joven, quien tenía antecedentes de adicciones y episodios de violencia familiar.

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De hecho, en su alegato, la defensa había planteado la inimputabilidad del ahora condenado por problemas psiquiátricos, lo que finalmente fue descartado por los jurados populares.

De acuerdo a la investigación, Montoro, de 24 años, era trabajadora sexual y Casiva uno de sus clientes cuando el 18 de octubre de 2017 él la asesinó de 17 puñaladas en un departamento ubicado en la calle Rincón 141, cerca del Mercado Norte, en el centro de la ciudad de Córdoba.

Para los pesquisas, como el homicida no tenía dinero para pagarle se inició una discusión que terminó con el asesinato de la joven trans.

El crimen fue descubierto por una amiga de la víctima que llegó al departamento esa misma madrugada y la halló muerta junto a la cama y sobre un charco de sangre.

Horas después, las amigas y compañeras de la víctima advirtieron que el teléfono celular de Montoro seguía "en línea" en la aplicación Whatsapp, por lo que iniciaron una videollamada y cuando Casiva respondió su rostro quedó grabada y así fue identificado como el homicida.

Poco después, el joven fue detenido por la Policía cuando intentaba internarse en una institución de salud mental.

Como al momento del crimen la joven ya había logrado cambiar su identidad a través de la ley que rige desde 2012, el hecho fue caratulado como "femicidio" y se convirtió en el primer caso en llegar a juicio con esa figura en el caso de personas trans.

El debate comenzó el 31 de julio pasado ante los jueces Roberto Cornejo, Gustavo Rodríguez Fernández y Martín Bertone, y los jurados populares, y la primera testigo en declarar fue su madre, Mónica Galindez, quien aseguró que él "siempre fue violento".