El pasado lunes, en su faceta de candidato a la diputación por el catorceavo distrito electoral, el actual legislador priista Alejandro Etienne Llano, declaró que la sumisión de la actual legislatura local ante el Ejecutivo, ha impedido la gestión de recursos presupuestales suficientes para atender los problemas de la Capital del Estado.

Responsabilizó de esa sumisión a la bancada mayoritaria del Partido Acción Nacional, (PAN).

Dos días después, el presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de los diputados panistas, Glafiro Salinas Mendiola, arremetió contra Etienne. Señaló que sus dichos son una mentira y un absurdo, y lamentó que, con tanta experiencia recurra a esas declaraciones para promoverse como candidato.

La realidad es que ambos diputados dicen verdades a medias o mentiras a medias.

La única verdad es que, desde siempre el Poder Legislativo ha carecido de independencia real para ejercer su papel de contrapeso frente a los Poderes Judicial y Ejecutivo.

Ha sido así por la ausencia de un equilibrio en la integración de la legislatura, lo cual ha permitido que un solo partido sea el dueño de la mayoría de las curules, lo que propicia que a la hora de decidir una iniciativa su decisión sea la única que cuente. No importa que la acción legislativa sea buena o mala, o que atente contra los intereses de la sociedad. Si la bancada mayoritaria lo quiere, se aprueba y ya.

Frente a ese desequilibrio, el resto de las bancadas no tienen nada que hacer por más razón que tengan en sus argumentos o debates.

Pero le insisto, no se trata de algo nuevo. Lo mismo de lo que hoy se duelen los priistas fue algo que ellos hicieron cuando su grupo era mayoría en la legislatura.

Cualquier iniciativa que el Ejecutivo mandara al Congreso, pasaba porque pasaba. Para eso eran mayoría.

De hecho, cuando más se abusó de esa figura fue cuando  aquel tristemente célebre, Ricardo Gamundi Rosas, encabezaba el grupo parlamento del PRI, presidía el Congreso y a la vez era presidente estatal del partido.

En la época Gamundi fue cuando más se abusó del mayoriteo. La oposición fue socavada y vejada por un personaje que incluso traía la alforja llena para la compra de votos de diputados rebeldes.

Bajo ese escenario, desde luego que lo más deseable es que la próxima legislatura quede más equilibrada. Sería lo más saludable para los tamaulipecos.

Debido al esquema de competencia electoral, necesariamente tendrá que haber una bancada mayoritaria,  pero lo ideal sería que no fuera una mayoría tan desproporcionada como la de ahora y todas las que le antecedieron.

Crucemos los dedos para que así sea. Ojalá y que las condiciones se den para que las 36 curules disponibles sean repartidas equitativamente.

EL RESTO

En la Procuraduría General de Justicia del Estado, no encuentran la forma de hacerse de nuevos agentes del Ministerio Público para cubrir las vacantes que dejó la desbandada originada a raíz del asesinato violento de dos representantes sociales en hechos por separado ocurridos en ésta Capital.

Nos dicen que en una acción desesperada, la Procuraduría abrió una convocatoria interna para que sus oficiales y auxiliares en las fiscalías, pudieran ser designados agentes del Ministerio Público sin necesidad de hacer un curso de formación.

La sorpresa fue que, ¡nadie aceptó la oferta! De ese tamaño es el miedo.

 

ASÍ ANDAN LAS COSAS

roger_rogelio@hotmail.com