Pan de elote de “El Chorrito”  le dio casa en Victoria 

Perfecto dejó el municipio de Hidalgo y probó suerte en Victoria 

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Con la venta de pan de elote que cocina su mujer, la elaboración de artesanías, y su oficio de albañil, Perfecto Grimaldo Hernández construyó su vivienda. 

Don Perfecto es un emprendedor nato, un tamaulipeco trabajador, que se vio obligado a salir de su pueblo, “El Chorrito”, y cerrar su restaurante de comida típica. 

“Allá ya no vendíamos nada y cerré el restaurante, había que mantener a la familia. Sin pensarlo llegamos acá, no teníamos nada, sólo nuestras manos, llegamos a sufrir y a trabajar duro para construir un hogar”, expresa. 

Se vio obligado a cerrar su restaurante en el sitio turístico 
Se vio obligado a cerrar su restaurante en el sitio turístico 

En un bote de plástico Don Perfecto carga los panes de elote que ha de vender por las calles de Victoria, en las Colonias del Oriente de la Ciudad, en los alrededores de la Feria.

“Este ya es el segundo bote que acarreo, 40 panes diarios que cocina mi esposa a base de pura leña, se cuecen en un sartén de acero, sobre las brasas, a fuego lento, tienen un sabor muy rico que les da la leña”, afirma. 

Se esfuerza porque a su familia nada le falte
Se esfuerza porque a su familia nada le falte

Los domingos también vende el pan de elote en el tianguis de la Avenida La Paz.

“Con este trabajo damos estudio a una nieta que vive con nosotros, está en la secundaria apenas, no nos podemos quedar en casa a descansar, y mi otro nieto vive con su mamá, mi hija, que también sabe hacer el pan de elote”. 

Pero Don Perfecto también hace artesanía a base de árboles de mezquite: molcajetes, mesas y bancos rústicos que comercializa los días que no vende pan.

“Tengo una camioneta viejita que me gané con un trabajo de albañilería, y en ella me voy a vender las artesanías. Hago molcajetes de mezquite que aprendí a hacer en mi pueblo, me ubico en las tardes por el rumbo del Mercado”, comenta. 

En la Colonia Jardines del Sur construyó su vivienda, una colonia sin servicios de agua, ni luz.

“Ya son como cincuenta familias que estamos ahí, sin servicios, pero con una casita de block que construimos con mucho esfuerzo”. 

Don Perfecto tiene la esperanza de regresar un día a su pueblo y abrir el restaurante, cerca de la cascada, donde vendían comida típica: arroz, asado, frijoles, gorditas, pan de elote. 

“Ojalá algún día regrese el turismo allá, mientras eso sucede hay que seguir echándole todas las ganas para salir adelante”, expresa.