Un desconsolado padre por la muerte de su hija decidió suicidarse ayer por la tarde en la tumba de su pequeña, ingiriendo veneno para ratas.
La tragedia que consternó a los vecinos de la colonia Gaviotas, se registró poco después de las tres de la tarde, cuando la joven mujer Leydi Karina Bautista Lázaro, de 20 años de edad, llegó hasta el panteón del sector Cedral para impedir el suicidio de su esposo, sin embargo, ya era tarde.
Sobre la tumba de su pequeña hija Luna del Carmen, yacía sin vida el cuerpo de Luis Antonio Hernández de 25 años de edad, de oficio chofer de pochimóvil (moto-taxi), sobre otra tumba había una botella de refresco vacío y un frasco con la leyenda veneno para rata, el cual había ingerido para acabar con el sufrimiento y dolor que lo embargaba.
rascendió que el joven matrimonio había perdido hace un mes a su pequeña hija de tres años en un accidente doméstico cuando tomaba su biberón, hecho que los devastó, pero principalmente a Luis Antonio, quien de acuerdo a versiones de quienes lo conocían estaba orgulloso de su pequeña que a diario veía crecer.
Ahora la desconsolada mujer, al perder a su hija y esposo en tan poco tiempo, logró indicar a las autoridades que minutos antes Luis Antonio le había hablado por teléfono para decirle que no podía seguir viviendo sin su pequeña, que se quitaría la vida para acompañar a su hija.