Cumplen o se van

Igual que muchos mexicanos, soy un convencido de que el fracaso en el combate a la inseguridad pública fue, si no el único, sí el más importante y decisivo factor que llevó a Andrés Manuel López Obrador a ganar la Presidencia de la República.

Ante la incapacidad del gobierno priista de Enrique Peña Nieto, y el de su antecesor, el panista Felipe Calderón Hinojosa, para contener la asfixiante delincuencia que prevalece en casi todo el territorio nacional, una mayoría ciudadana decidió darle oportunidad al abanderado de Morena.

Partiendo de esa tesis, soy un convencido de que el éxito o fracaso del nuevo Gobierno que entrará en funciones el uno de diciembre próximo, dependerá de los resultados que logre en ese tema de la pacificación del país.

Me preocupa, sin embargo, que en la víspera del inicio de la nueva administración federal, quienes han sido perfilados como los titulares de la revivida Secretaría de Seguridad Pública y la Secretaría de Gobernación, Alfonso Durazo y la exministra Olga Sánchez Cordero, respectivamente, no hayan sido capaces de delinear una estrategia esperanzadora.

Lo único que hemos escuchado o leído respecto a lo que el nuevo Gobierno planea hacer para frenar el baño de sangre, es “diseñar un programa urgente de profesionalización de los policías”.

La verdad, si en eso se basará el plan gubernamental para rescatarnos de esa pesadilla que representa la violencia delincuencial, no hay la mínima posibilidad de éxito. No veo cómo una simple profesionalización policial pueda detener la alarmante incidencia de asesinatos, secuestros, desapariciones, y toda una gama de delitos que nos ahogan como sociedad.

Esperemos que el equipo de López Obrador tenga preparado un plan que vaya mucho más allá de una simple profesionalización policial. Algo que verdaderamente nos haga abrigar la esperanza de que Morena conseguirá lo que no pudieron el PRI y el PAN, porque de no ser así, los morenistas pueden estar seguros de que su paso por el

Gobierno será efímero, con todo y la simpatía y el arraigo popular que llevaron a AMLO a la Presidencia de la República.

Para que se convenzan, basta que se vean en el espejo del PRI y PAN.

Es verdad que los problemas del país son abundantes, pero resulta innegable que la solución de muchos o la mayoría de ellos dependen de que el país transite por un clima de paz y tranquilidad, sin la agobiante inseguridad que padecemos.

Por eso insistimos: si el malestar social por el fracaso en el combate a la delincuencia fue lo que llevo a Morena y AMLO al poder, igual les quitara ese poder si no cumplen lo que prometieron de pacificar al país.

ASÍ ANDAN LAS COSAS

roger_rogelio@hotmail.com