Sufrió un asalto y ya nada fue igual

Aún así, Don Pedro saca fuerzas y ofrece su mejor cara a la vida

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-  La de Don Pedro Cobos, víctima de un asalto hace 6 años en el Eje Vial, es una historia de sobrevivencia y lucha contra la adversidad. 

Con ayuda de un bastón se puede ver a Don Pedro caminando largas distancias, no le gusta usar el transporte público, prefiere hacer ejercicio porque “le hace bien”. 

“Yo me dedicaba al arreglo de estufas de gas, siempre traía dinero conmigo y caminaba esa noche por el eje vial, porque iba a la fiesta de un sobrino. Eran como las doce de la noche, nunca me había pasado nada y siempre me ha gustado caminar”. 

Pero esa noche Don Pedro no llegó a la fiesta, porque al paso le salieron cuatro hombres que le arrebataron el dinero y una esclava de oro (pulsera). 

Afirma que la vida le dio una segunda oportunidad
Afirma que la vida le dio una segunda oportunidad

“Cómo iba a poder yo con cuatro hombres que se miraba que andaban como locos por las drogas... Me lanzaron 4 metros al lecho del río, entre la maleza, ahí se me quebró la cadera y se golpeó mi cabeza. Nadie sabe por qué sobreviví a todo eso, pero yo sé que fue Dios”. 

Don Pedro duró un día completo entre la maleza, hasta que una familia que buscaba leña, lo encontró y dio aviso a las autoridades. 

“Sólo sé que era una mujer, un hombre y uno de sus hijos los que me encontraron. Si yo hubiera sabido quiénes son, les habría gratificado su acción”, dice. 

En el Hospital Civil duró cerca de 4 meses para recuperarse.

“Gracias a la tarjeta del Seguro Popular no me cobraron nada, pero eran como 20 mil pesos los que habría pagado, mi pie estaba torcido completamente, lo apoyaba yo y quedaba acostado sobre el piso, llegaba una enfermera y me lo acomodaba, quiero agradecer a todos ellos que me salvaron la vida”. 

Don Pedro vive solo en su domicilio de la Colonia el Mirador, ya no trabaja pero asegura que sus familiares lo apoyan, le pagan los servicios de agua y luz. 

“Aún no he buscado apoyo del gobierno porque tengo 59 años y me faltan algunos para entrar al programa, vivo solo porque fui muy mujeriego y pues no me iban a aguantar”. 

Don Pedro se siente mejor al contar su historia, piensa que la vida le dio otra oportunidad.

“A los que me asaltaron no los pude reconocer, pero sé que a uno de ellos lo mató el tren esa misma noche, porque la justicia viene de arriba”. 

Si usted se encuentra a Don Pedro caminando por las calles de la Ciudad, sea amable, nadie sabe cuándo la vida puede cambiar.