Federico y su hijo lo perdieron todo
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Federico Martínez y su hijo Héctor lo perdieron todo en el incendio del domingo por la tarde, cuando una fuga de gas hizo que el tanque con capacidad de 6 kilos causara una gran explosión.
En la calle prolongación Tula con margen del Río San Marcos de la Colonia Azteca segunda etapa, la vivienda de Padre e hijo quedó reducida a cenizas.
Don Federico, que padece ataques de Epilepsia, se salvó de milagro, salió corriendo a la calle cuando sintió el flamazo. En su cuerpo no hay ningún rasguño pero el gran susto que vivió no se lo desea a nadie.
“Iba a calentar la comida, y no me di cuenta del olor a gas, cuando sentí el flamazo salí corriendo yo solo, porque mi hijo andaba en el trabajo”.
Héctor Eduardo, se dedica al oficio de albañil y por la mañana había preparado alimentos a su padre.
“Yo cuido de mi padre desde que mi mamá murió, soy hijo único y él está enfermo, por eso lo cuido aún más. No sabemos por qué sucedió eso, es un tanque de gas muy pequeño de apenas 6 kilos”.
Las vecinas se acercan para expresar solidaridad con Don Federico, dicen que son del comité SEBIEN y que se encuentran en el trámite para bajar los apoyos para la familia afectada.
“El primero que estuvo aquí cuando aún estaban las llamas fue el Subsecretario de Finanzas Arturo Soto, que nos encargó tramitar nuevos documentos porque todos se quemaron en el incendio, desde las actas de nacimiento, carta de posesión del terreno y credenciales”.
Aunque necesitan un lugar para dormir, en el terreno no se puede aún trabajar por la cantidad de escombros que hay tras el incendio y porque las recientes lluvias inundaron el solar.
“Siempre se nos ha metido el agua, aquí no hay drenaje, ni agua, ni luz, porque nada más llegó hasta ahí la obra del drenaje”, dice Don Federico.
Lo que urge es apoyo de alimentos para Federico y su hijo, además de ropa y zapatos.
“Yo pedí permiso de faltar en el trabajo para no dejar solo a mi papá... necesitamos zapatos del número 6 y 7, pantalón talla 30 y 36”.
Don Federico toma el medicamento carbamacepina cuya dosis diaria tiene un costo de 21 pesos.
“Hace rato lo inyectaron, es para los ataques epilépticos. Él tiene seguro popular pero ese medicamento hay que comprarlo y buscar que lo vengan a inyectar a diario”.
Pese a que la vivienda que construyó para su Padre con tantos sacrificios quedó reducida a cenizas, Héctor da gracias que su progenitor está vivo.
“Los días del Padre siempre le
festejo de manera sencilla, con un pollito o una carnita y su refresco”.
¿CÓMO AYUDARLOS?
Para apoyar a Federico y su hijo con muebles, enseres, ropa o alimentos puedes llamar al teléfono 8342276043 con Sandra Rodriguez.