Ganamos usted y yo

¿Quién ganó el debate?, fue la interrogante más socorrida entre la sociedad mexicana luego del encuentro entre los candidatos a la Presidencia de la República, la noche del domingo en el Palacio de Minería de la Ciudad de México.
La respuesta depende de quién provenga: los del PRI dicen que ganó José Antonio Meade; los del PAN juran que el mejor fue Ricardo Anaya,  y los morenistas sólo ven triunfador a Andrés Manuel López Obrador.
Cada quien habla a conveniencia pero todos se dicen ganadores. Es lógico. Mal haría el que se confesara perdedor.
De los independientes, Margarita Zavala y Jaime “El Bronco” Rodríguez, de plano nadie apuesta por ellos.
Lo que sí resulta innegable es que hubo un indiscutible ganador del primero de los tres debates que organizará el Instituto Nacional Electoral (INE): el ciudadano.
Así fue, usted y yo fuimos los ganadores, sencillamente porque, por primera vez en la historia del país, tuvimos acceso a un verdadero ejercicio en el que pudimos atestiguar las habilidades o incapacidades de quienes aspiran a gobernarnos durante los siguientes seis años.
Hasta antes del domingo lo único que sabíamos de los cinco presidenciables era lo que leíamos en los medios de comunicación, o lo que ellos mismos nos dicen en sus spots publicitarios. Pero usted y yo sabemos que, entre lo que nos presumen y la realidad hay un mundo de distancia. Conocíamos a personajes con personalidades ficticias.
Por eso le digo que los ganadores fuimos los electores porque el debate nos permitió ver directamente, sin intermediarios, a los cinco candidatos.
En lo personal me parece que el encuentro cumplió con las expectativas de la ciudadanía. Con quienes he platicado al respecto ha habido coincidencia de que fue un debate interesante y atractivo.
Es verdad que las propuestas fueron escasas porque los contendientes gastaron la mayor parte de su tiempo en descalificaciones y defensas, pero insisto en que el ejercicio permitió apreciar las debilidades y fortalezas de cada uno de ellos, que eso es algo muy valioso para tener elementos de decisión con respecto a quien le daremos nuestro voto.
Por ello, no me queda duda de que este tipo de ejercicios serán los que realmente terminarán inclinando la balanza hacia uno de los contendientes. Más allá de lo que digan las encuestas, de las que, como ya lo he referido aquí, no confió en absoluto, me parece que serán éste y los siguientes dos debates los que definirán la elección del uno de julio.
¿No cree usted?

EL RESTO

¿IGNORANCIA O DOLO? La mayoría de los candidatos al Senado de la República y a las Diputaciones federales, andan ofreciendo el cielo y la luna a los ciudadanos que asisten a sus mítines.
Les prometen de todo: desde que van a bajar el precio de la gasolina; que van a generar miles de empleos, que van a disminuir los impuestos, entre muchas otras cosas más.
El problema está en que, un Senador y un Diputado no decide por sí solo. El tiene facultades constitucionales y legales para presentar una iniciativa, pero que se la aprueben ya es otra cosa.
Es decir, nada de lo que ofrecen o prometen es algo que ellos puedan decidir por sí mismos. Ni el Presidente de la República tiene esos alcances porque sus decisiones deben ser respaldadas antes por el Congreso de la Unión.
Ante ello cabe preguntar: ¿es ignorancia la suya o lo que dicen lo hacen con dolo, conscientes de que engañan al ciudadano?

ASÍ ANDAN LAS COSAS
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