Globero, oficio en peligro de extinción  

José ama su trabajo, pero comenta que los insumos subieron de precio y los clientes no tienen poder adquisitivo

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- "A los niños les siguen gustando los globos como antes, el problema es que las ventas bajaron debido al aumento del gas y tuvimos que aumentar los precios", dice José, vendedor de globos. 

Globero, oficio en peligro de extinción  

El oficio de "globero”, uno de los más antiguos y tradicionales, se encuentra en peligro de extinción, debido a los precios que se deben aumentar para continuar en la actividad. 

José es un globero de 23 años que trabaja en la plaza Hidalgo, conocida antiguamente como la Alameda, donde por las tardes el colorido de los globos alegra y da vida al paisaje. 

"Yo comencé a vender globos aquí en la Ciudad, desde que tenía 15 años y estaba en la secundaria, trabajaba y estudiaba”.

“Eso fue hasta la prepa porque a mí me gusta mucho el comercio y ahora dedico todo el día a la venta". 

Originario de la Ciudad de México, José vino a Victoria para seguir el oficio de su tío, también vendedor de globos.

"Ahorita ya llevo ocho años. De este trabajo depende mi familia, tengo Dos hijos pequeños, pero sí hay que esforzarse bastante, más ahora que aumentó el precio del gas, y los padres de familia perdieron la capacidad para la compra de globos, pero

de que los niños siguen pidiendo este juguete, no hay duda”, comenta. 

LOS COCHECITOS CON CARRUSEL: UNA CREACIÓN DE JOSÉ

Globero, oficio en peligro de extinción  

Para ofrecer novedades a sus pequeños clientes, José creó los juguetes de plástico, que son la sensación de los niños victorenses:

"El carrito de plástico se compra, y yo le agregué un carrusel y unas esferas que al jalarse el carro hacen un ruido y el carrusel brilla. Para forrar el alambre donde se sujetan utilicé unos popotes de plástico" .

El costo de los carritos con carrusel es de 50 pesos.

"Los inflables son de 50 y 70, y los globos tradicionales cuestan 25”.

“Cuando me compran tres artículos les doy precio, y en la compra de un globo de 25 yo les regalo otro sencillo, por si se les rompe el otro, entiendo que sale muy caro comprar globos y venir a una plaza a divertirse". 

Globero, oficio en peligro de extinción  

A pesar de los problemas económicos para permanecer en la actividad a José le gusta ser globero. 

“SOY MI PATRÓN” 

Globero, oficio en peligro de extinción  

"Soy mi patrón, nadie me manda, si un día necesito tomar un día lo tomo, tengo libertad”, comenta.

“Yo soy comerciante de corazón y un día me gustaría emprender otros negocios, además de los globos”, agrega José.