Una torta cambió la vida a Joel 

El gesto de un buen victorense marcó al lavacoches. Checa la historia.  

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- "Estoy agradecido con ese Señor porque ese día yo no había comido nada y hasta me dolía el estómago... primero hablamos de lavarle el coche pero después él me dijo: ‘te invito a comer’ y me pagó una torta", dice Joel Gatica. 

Una torta cambió la vida a Joel 

El lavacoches Joel Gatica ya no es el mismo desde el lunes por la tarde, después que un ciudadano victorense lo invitó a comer y subió la fotografía a las redes sociales, que se mostraron conmovidas por la acción. 

"Yo estaba aquí sentado y ya era después de mediodía, tenía mucha hambre, acepté ir con él y fuimos a un restaurante”. 

“A mí nadie me había invitado jamás, es la única vez y no se me olvidará. Era una torta muy grande partida en dos. Me dijo ‘échale Chile’, y le eché chile, luego me destapó el refresco y también me lo tomé... quedé muy lleno”, relata con gusto. 

Una torta cambió la vida a Joel 

Pasaron dos días apenas de la invitación a comer y Joel se  encuentra en su lugar de trabajo, frente a los negocios del 14 Hidalgo, donde pide monedas mientras espera que llegue un cliente y le solicite sus servicios. 

Y ya no es el mismo porque ahora puede sonreír, se le nota contento y hasta quiere afeitarse la barba y lucir unos tenis nuevos, dejar atrás sus chanclas de plástico.

"Me dijeron que me compre un rastrillo y me quite la barba. También quiero cortarme el cabello, tener otro calzado como unos tenis… yo calzo del veintiocho”, comenta. 

Joel no recuerda su edad, pero está seguro que tiene más de 30, no tiene vicio de fumar, ni de tomar alcohol, tampoco usa drogas. 

"Yo sólo me enfermo de la garganta o del estómago por las malpasadas, pero no tengo enfermedad. Me salí a trabajar de limpiavidrios y lavacoches desde muy chico. Anduve en Reynosa". 

Acepta que en ocasiones le da coraje, especialmente cuando anda lavando los coches y el calor lo sofoca.

"Nomás me enojo yo solo pero no hago daño a nadie. Ayer limpié todas las ventanas de un negocio con este trapo y agua”, dice al mostrar un pedazo de suéter que usa como jerga. 

Una torta cambió la vida a Joel 

"Pero necesito traer una franela y una botella con aroma para que queden más bonitos los vidrios de los coches y los negocios". 

Joel dice que su familia, su madre y 5 hermanos, viven en la Colonia Estudiantil, lugar donde se salió para estar más cerca del trabajo. 

"Ahora me quedo con un amigo que también lava coches en el mercado. Él vive con su mamá, ahí me prestan una cama, creo que voy a pagarles algo de renta porque ellos son pobres también". 

La despensa que le dieron después de la fotografía publicada en las redes se la regaló a su madre. 

"Ayer fui a la Estudiantil y se la regalé a mi mamá, estoy muy contento de poderle dar algo, ojalá alguien me regalara una franela nueva y un aromatizante, también a lo mejor unos tenis". 

Joel sólo estudió hasta segundo año de secundaria, pero sabe leer bien y hacer cuentas. ANo olvida las buenas acciones como el día que lo invitaron a comer. 

"Yo traía una camisa blanca... el señor ese me dijo que trabaja en una oficina gubernamental y que fuera a ver en qué me ayudaban ahí, a lo mejor que me revise el médico para que no vaya a tener una enfermedad... pero a mí me gusta mucho lavar coches desde que trabajé en Tamatán, aquel fue mi primer trabajo". 

DEVUELVE FE EN  LA HUMANIDAD

 

Joel Gatica es el ejemplo de "como" una acción bondadosa, una sonrisa, y un trato amable, puede devolver la fe en la humanidad.