Cuando se anunció el día de nacimiento de Noah, se hizo con el peor pronóstico, ya que, en vista de una discapacidad física, sus padres estaban a la espera de una tragedia. Los doctores habían reconocido en las radiografías una anomalía en el desarrollo del feto, producto de un defecto que se encuentra entre la espina bífida y la hidrocefalia.
Al combinarse estas complicaciones, el bebé nacería con un 2% de su capacidad cerebral. Lo sorprendente es que hasta el día de hoy, Noah ha ido creciendo y aprendiendo en contra de todo pronóstico. De este modo, se ha vuelto famoso por ser un caso excepcional de “niño sin cerebro” con capacidad de desarrollo físico y mental.
Los padres cuentan que durante el embarazo hacían los preparativos para el entierro del bebé. Según los médicos, este iba a poder vivir tan solo unos días sin llegar a cumplir ni siquiera un solo año. Además, en varias oportunidades le recomendaron a la madre la práctica del aborto.
A partir de las radiografías se comprobó que dentro del cráneo de Noah había un exceso de líquido que sobrepasaba el volumen de la materia gris. Es decir que, el cerebro del bebé no podía ser más grande que un pomelo.
A pesar de esto, los padres decidieron seguir adelante y esperar lo mejor para su hijo. El hecho es que Noah se encuentra a punto de cumplir los 5 años de edad y su capacidad cerebral ha aumentado de 2% a 70%.
Además de poder jugar y caminar, Noah continúa incrementando sus capacidades y apunta a convertirse en un niño más de la sociedad. Su caso es considerado un milagro y es objeto de estudio de la comunidad universitaria interesada en la ciencia y la salud.
A parte de que el caso de Noah se sale del promedio de los niños con problemas de desarrollo cerebral que tienen una baja esperanza de vida, su crecimiento puede explicarse desde el fenómeno de la plasticidad cerebral.
Según esta condición, el cerebro humano tiene el potencial de desarrollarse y adaptarse a situaciones críticas con el objetivo de sobrevivir. De este modo, lo importante en estos casos no es la cantidad de neuronas, sino su capacidad de organizarse y generar múltiples conexiones.
