Empleados de Soriana cuentan su horrible "Buen Fin"

VIDEO: Los empleados expusieron su mala experiencia en el "Buen Fin" que derivó en un saqueo masivo
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El Buen Fin de pesadilla que se vivió en el famoso Soriana de Chihuahua, en el que un grave error en los precios provocó la euforia de los consumidores, dejó con secuelas en sus empleados por el terrible trato que recibieron por parte de los compradores.

Es por ello que tras el conflicto de vender pantallas a 10.99 pesos y refrigeradores de a 3, los trabajadores publicaron una carta en la que expresan su sentir tras el injusto trato por la inconsciencia de una sola persona.

Nos gustaría que la comunidad se entera de toda la frustración que pasamos ese día los empleados de Soriana, que se enteren de la verdad sobre ese horrible día y no se trata de defender a la empresa, sino más bien a los colaboradores, porque nadie se imagina lo que se siente trabajar semanas antes para lograr hacer un Buen Fin; las horas extra que hay que poner para lograrlo (…).

“Ese día fue impactante que una sola persona fuera quien causó todo ese revuelo, ella habló a todos sus conocidos para que vinieran a tomar literalmente las cosas que por error estaban marcadas en un aéreo, pero que en la parte de abajo de la isla estaba bien el precio y en la entrada de la tienda también, así como en cada uno de los artículos (…).

“A esa mujer no le importó, solo veíamos que todo nuestro esfuerzo se venía abajo y la gente inconsciente no pensaba en nosotros, solo tomaban los artículos al por mayor como si se regalaran y no solo eso, después de que PROFECO llegó a checar el supuesto error, le les avisaba que la tienda estaba clausurada y que dejaran los artículos porque no habría venta.

“La mujer que ocasionó todo se fue de la tienda como una cobarde dejando todo un desorden pues la gente ya no quería soltar las pantallas y pasando las horas comenzaron a robarse otros productos o lo que estaba a su alrededor para comérselo sin pagar (…).

“Ya entrada la noche, empezaron a agarrar cobijas, a bajar colchones, a golpear a mis compañeros (…) y no solo eso, en la madrugada se juntaron todos a hacerle bola al abogado de la empresa para exigir que se les regalara las pantallas (…) mientras nosotros nos reuníamos para rezar. Cuando al fin lograron su cometido salían de la tienda muy victoriosos burlándose de nosotros en la cara porque gritaban: “El pueblo unido jamás será vencido”.

“¿Pueden creerlo? ¿Unido para qué? ¿Para el vandalismo?”, dice la carta.