‘Navega’ en sus barcos el sueño de tener una carpintería

Romualdo ha vencido todos los obstáculos; es una historia de superación y de lucha

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-  "Mi sueño es tener una carpintería y sé que lo voy a lograr porque lo siento aquí en mi corazón, así tenga que trabajar muy duro y vender muchos barcos". 

Romualdo Vázquez Espinoza aprendió a crear artesanías desde que era un niño y andaba en las calles de Nuevo Laredo. 

Capturó los conocimientos cuando en la carpintería de su tío y en las plazas, veía trabajar a los artesanos. 

"Me salí de la casa de mis padres a los 8 años de edad, porque ellos no me aguantaban y en ocasiones me pegaban, así que decidí irme y vivir en las calles”, comenta.

“Cuando iba a la carpintería de mi tío lo veía trabajar y ni tardé en conocer a hombres que purgaron condenas  y habían aprendido el oficio en prisión”, agrega Romualdo. 

Romualdo ha vencido todos los obstáculos; es una historia de superación y de lucha

Los barquitos de madera que ofrece en la calle Hidalgo de Ciudad Victoria, son hermosos.

Ya vendió dos piezas este día, los elabora con ayuda de un exacto y un arco escolar, que son todas sus herramientas. 

Romualdo renunció a su trabajo en una pizzería hace unos días al enfermar de artritis y decidió elaborar barquitos de madera mientras espera la respuesta a otras solicitudes de empleo. 

Además de un artesano genial, Romualdo es un guerrero que venció la adicción a las drogas y al alcohol hace 17 años, sólo con su fuerza de voluntad.

"Yo no estuve internado en ningún albergue, yo salí de las adicciones gracias a que así lo desee con todo mi corazón y escuché la voz de Dios”, comenta.

“Alguien me habló de Dios y yo me dispuse a escuchar. Cuando uno llora mucho, cuando le hablan de la palabra, es una señal que va a sanar de la enfermedad que trae". 

Después de andar varios años por las calles de Nuevo Laredo, Romualdo fue adoptado por una familia de San Antonio, Texas, pero regresó a México porque extrañaba su País. 

"Y elegí venir a Ciudad Victoria. Radico aquí desde hace varios años, he trabajado en varios restaurantes, sé de cocina, pero los talentos que Dios me dio son el dibujo y la artesanía". 

Además de los barcos, el artesano crea alhajeros, piñas, manzanas y servilleteros de madera, que se usan como adornos en las cocinas de los hogares mexicanos. 

Romualdo ha vencido todos los obstáculos; es una historia de superación y de lucha

El costo de un barquito de madera va de los 150 a 250 pesos debido al tiempo que transcurre en tallar la madera y porque es un trabajo artístico. 

Romualdo no tiene hijos que sacar adelante pero sí una esposa que lo apoya en todo lo que emprende. Junto a ella tiene el sueño de la carpintería.

"Ahora vivo en el ejido el Olivo. Camino todos los días hasta allá en busca de vender mis artesanías, ahora no tengo un número celular, lo tengo en el empeño, pero andaré por las tardes por la calle Hidalgo, por si quieren comprar mis artesanías". 

Con sus artesanías Romualdo es un ejemplo de superación y lucha, un hombre que no se derrumba ante la adversidad.