Pozo de los deseos, sus ‘víctimas’ y sus monedas

El espejo de agua del Centro Cultural Tamaulipas guarda infinidad de historias.

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- 

El espejo de agua es un espacio atractivo del Centro Cultural Tamaulipas que "hechizó" a los victorenses desde la construcción del edificio hace ya 30 años en los tiempos del gobernador Emilio Martínez Manautou. 

Incrustado en el centro del atrio, el mágico lugar al que los victorenses bautizaron ni tardos ni perezosos como "pozo de los deseos”, también ha hecho caer a visitantes que no alcanzan a percibir la diferencia entre el espejo de agua y el piso. 

Don Filiberto López Uvalle, empleado de mantenimiento con más de 30 años de servicio, es testigo del devenir del Centro Cultural Tamaulipas donde pasa gran parte de su tiempo. 

"Era un espejo de agua, sólo un diseño arquitectónico, pero los niños comenzaron a lanzar monedas, con el tiempo le llamaron el ‘pozo de los deseos’ y se volvió una costumbre, hay infinidad de anécdotas sobre el lugar”, cuenta el servidor público. 

El día de la inauguración del edificio, el 26 de noviembre de 1984, cayó la primera de muchas personas a las aguas del pozo de los deseos, al no distinguir el espejo de agua. 

"Vino el Presidente de la República Miguel de la Madrid a la inauguración y uno de sus guaruras le abría el paso, se resbaló en la orilla del espejo y fue la primera persona en caer al agua”, relata Don Beto, como lo llaman. 

Para la inauguración en noviembre de 1984 se contó con la presencia de la cantante Guadalupe Pineda que abarrotó el lugar y se hicieron largas filas para entrar al concierto que fue subsidiado y "muy barato”, comenta Don Beto. 

Otro de los accidentes que recuerda Don Beto es el de un señor que venía de la Ciudad de México, al que le dio un infarto, cayó al agua y falleció en  ese instante. 

"Ya traía problemas de salud, no murió por el golpe ni nada, pero su cuerpo quedó en las aguas del pozo”, recuerda. 

Don Filiberto dice que se han tomado medidas para evitar que las personas que vienen de visita a la Ciudad y no conocen el edificio caigan al pozo, pero no se ha logrado erradicar el problema. 

"Por eso ahora tiene un chorro de agua o fuente para que el ruido alerte a las personas, también se han puesto macetas y siempre hay guardias vigilando el pozo, gracias a Dios nunca ha ocurrido una desgracia". 

Durante un Festival Internacional Tamaulipas, pusieron un arreglo en el espejo de agua, al acercarse las personas a observarlo cayeron al agua, Don Beto asegura que eran más de 10 personas las que ese día fueron engañadas por el espejo. 

Don Filiberto López, empleado de mantenimiento
Don Filiberto López, empleado de mantenimiento

¿QUÉ HACEN CON LAS 
MONEDAS QUE CAEN AL POZO?

La primera vez que se sacaron las monedas del pozo fue durante el gobierno de Manuel Cavazos Lerma.

"Eran muchísimas monedas, que se pensaban donar al DIF pero el Banco no las aceptó porque dijeron que estaban sucias". 

Poco después el Director del Centro Cultural (cuando Ricardo Haces) decidió que las monedas se repartieran entre los empleados del lugar. 

"Nos dieron un ácido para limpiarlas, fui a cambiarlas al Banco y a cada quien nos tocaron 600 pesos”, platica. 

En la actualidad las monedas que se extraen del pozo se reparten entre los empleados del área de intendencia.

En un tiempo también se observó a niños vendedores de productos procedentes de Oaxaca, "pescar monedas con ayuda de un sedal y un imán". 

"Se nos hizo raro que ya eran varios días que los niños entraban al lugar, traían un sedal y un imán con el que estaban sacando monedas, se habló con ellos y les dijimos que no podían hacer eso". 

En la actualidad los estudiantes de escuelas primarias visitan el Centro Cultural junto a sus maestros y se toman fotografías mientras lanzan monedas al espejo, lo que confirma la tradición del pozo de los deseos. 

SE REMODELARÁN DETALLES 
DEL CCT PERO EL POZO CONTINUARÁ

Al entrevistar al Director del CCT, Juan Carlos Guerrero Sarre, sobre la remodelación del CCT dijo:

"El espejos de agua es un espacio que no se puede desaparecer porque así lo diseñó el ingeniero Terrazas y  es una tradición de los victorenses, es un atractivo para las personas”.

“Lo que sí se puede hacer es extremar las medidas de seguridad para evitar accidentes o que los niños que son los que más nos visitan caigan al agua del espejo”, comenta Guerrero Sarre.