Yarrington, ¿trofeo priista?

¿Le afectará al PRI la detención de Tomás Yarrington Ruvalcaba? Les pregunté por separado, ayer, a la presidenta estatal del partido tricolor, Aída Zulema Flores Peña, y al ex diputado federal priista, Enrique Cárdenas del Avellano. La respuesta de ambos fue muy coincidente: “Tomás ya no pertenecía al PRI”.



Y sí, para efectos prácticos Yarrington dejó de ser priista desde diciembre del 2016. No lo hizo por decisión propia, porque fue la Comisión Nacional de Justicia Partidista la que decidió expulsarlo de las filas del tricolor.



Evidentemente, el PRI quiso marcar distancia desde entonces, previendo la inminente captura del matamorense.



Sin embargo, valdría preguntarnos, ¿realmente no habrá daño para el PRI con la detención de quien, hasta hace no muchos años, era uno de sus militantes más populares? No hay que olvidarnos que al término de su mandato como Gobernador, Tomás  se ilusionó con la idea de disputar la Presidencia de la República, alentado incluso por un sector de las jerarquías de su partido.



Si me pregunta a mí, le diré que el daño para el PRI es inevitable. Es así porque, para el colectivo social el nombre de Tomás Yarrington va asociado con las siglas del Partido Revolucionario Institucional. No podría ser de otra forma cuando, en las filas de ese partido construyó todo su capital político. Bajo el cobijo del PRI fue alcalde de Matamoros, diputado federal y después Gobernador del Estado.



Con esa trayectoria es inevitable el daño para la marca priista.



Es entendible que los priistas digan lo contrario. Lo que ellos quieren o quisieran es capitalizar la captura de Tomás, “vendiéndonos” la idea de que es una muestra fehaciente de que en el PRI las cosas han cambiado, y de que una de sus prioridades es la lucha contra la corrupción y los corruptos como el ex gobernador tamaulipeco.



Quieren con ello revertir ese descrédito social que padecen y que prácticamente los tiene con un pie fuera de “Los Pinos”, porque nadie en sus cinco sentidos se atrevería a suponer siquiera que van a ganar las elecciones del 2018.



Sin embargo, creo que la estrategia priista de presentar como trofeo a Yarrington, no tiene las mínimas posibilidades de éxito.



EL RESTO



AHORA QUE, la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿Qué tanto estuvo involucrado Tomás en el asesinato del doctor Rodolfo Torre Cantú?



¿Qué tan ciertas son las versiones que lo señalan como el “cerebro” del magnicidio de uno de los políticos más querido por los tamaulipecos?



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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