CURZIO Y LA CENSURA

"Una prensa libre puede ser, por supuesto, buena o mala; pero sin libertad, la prensa, ciertamente, no podrá ser más que mala".

Albert Camus
 
 
En un país en el que cada periodista despedido se presenta como un mártir de la libertad de expresión es saludable leer y escuchar a Leonardo Curzio, quien renunció a sus cargos como conductor de "Enfoque" de la mañana y director de noticias de Núcleo Radio Mil.

Curzio ha señalado que Edilberto Huesca, dueño del grupo radiofónico, le pidió despedir a dos colaboradores, María Amparo Casar y Ricardo Raphael, un día después de que éstos cuestionaron en una mesa política las propuestas de Enrique Ochoa, presidente del PRI, de eliminar el financiamiento público de los partidos y los Diputados y Senadores plurinominales. Curzio se opuso al despido y prefirió renunciar.

Huesca, un hombre de 81 años, presentó otra versión en una entrevista con Adriana Pérez Cañedo, en la emisión del mediodía de "Enfoque". El espacio, dijo, no era rentable y la emisión se había convertido en una rutina. Pero es poco lógico. El noticiario llevaba muchos años al aire y continúa sin Curzio.

El propio Curzio escribió ayer: "No puedo afirmar que alguna presión gubernamental provocara mi salida", pero añadió: "Hay un ecosistema que inhibe un desarrollo autónomo de los medios y es la dependencia (producto de la gestión no profesionalizada) de la publicidad gubernamental".

Curzio continúa su trabajo en distintos medios. Está al aire todos los días en adn40 y también Casar y Raphael participan en ese canal.

Es colaborador, junto con Casar, del programa "Primer Plano" en Canal 11. Curzio y Raphael escriben en El Universal y Casar en Excélsior. Si hubo censura del Gobierno contra ellos, parece que sólo en Radio Mil le hicieron caso.

Enrique Ochoa del PRI me dice por vía electrónica que él no pidió ninguna censura: "De hecho, yo hablé con Leonardo y con Ricardo Raphael en esos dos días para discutir al aire su planteamiento con total apertura. Me parece que una democracia necesita espacios plurales de discusión. Siempre me gusta participar con ellos. Con María Amparo y Ricardo tengo una relación que se nutre de no estar siempre de acuerdo".

Curzio ya está considerando otras ofertas en radio. En su columna de ayer dijo: "Espero muy pronto regresar al cuadrante". No parece haber una censura gubernamental.

Lo más probable es que Huesca haya ordenado el despido y provocado la renuncia de Curzio sin que nadie se lo pidiera. Quizá pensó que le hacía un favor al Gobierno federal, a Ochoa y al PRI, pero flaco favor ha sido.

Huesca es dueño de Núcleo Radio Mil y tiene derecho de contratar y despedir a colaboradores y de fijar la línea editorial, aunque los colaboradores también pueden renunciar si no están de acuerdo (como dignamente hizo Curzio).

Los dueños de otros medios actúan de la misma manera. Uno no puede colaborar con Proceso o La Jornada, por ejemplo, si no coincide con sus principios y políticas. Es una situación que prevalece en casi todo el mundo.

Yo no estoy de acuerdo con que los contribuyentes mantengamos a los partidos. Apoyo la propuesta de eliminar el subsidio a estas organizaciones, pero rechazo la idea de eliminar a los plurinominales. Esto no sólo acabaría con la representación de corrientes minoritarias, sino que descartaría a los legisladores que realmente saben legislar.

Qué bueno que el tema se haya tratado en una de las tertulias políticas de Curzio, Casar y Raphael. Hay mucho que discutir todavía.