Más de 3 mil 400 millones en propaganda: el otrosaqueo del sexenio de Cabeza de Vaca
Ciudad Victoria, Tamaulipas.–Entre 2016 y 2021, el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca destinó más de 3 mil 458 millones de pesos al área de Comunicación Social, a pesar de que el Congreso estatal únicamente había autorizado 636 millones de pesos en total para ese rubro.
Los datos provienen de los Estados Analíticos del Ejercicio del Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Tamaulipas, disponibles públicamente en las Cuentas Públicas de los años correspondientes. Los informes oficiales confirman un sobregiro sistemático de más del 500% anual, sin documentación comprobatoria suficiente sobre el destino real de los recursos.
El patrón del gasto: comunicación por encima de salud y seguridad
La Coordinación General de Comunicación Social, órgano responsable de la difusión oficial del gobierno, multiplicó su presupuesto sin justificación aparente.
En 2017, por ejemplo, el Congreso aprobó 73.5 millones de pesos, pero la oficina ejerció 607.9 millones, un aumento del 727%.
Un año después, en 2018, el gasto se elevó a 740 millones, mientras que en 2019 llegó a 752 millones, con variaciones de 829% y 976% respectivamente.
Durante la pandemia de 2020, cuando el sistema de salud estatal enfrentaba escasez de insumos y personal, la administración de Cabeza de Vaca triplicó el gasto autorizado para comunicación social, alcanzando 395 millones de pesos.
Incluso en 2021, su último año completo en el cargo, la tendencia continuó: de un presupuesto aprobado de 70.4 millones, se ejercieron 435.9 millones.
En total, el gasto acumulado en publicidad y medios durante el sexenio superó los 3 mil 458 millones de pesos, una cifra cinco veces superior a lo legalmente aprobado.
Ismael García Cabeza de Vaca: el operador político del gasto
De acuerdo con el avance de las investigaciones, Ismael García Cabeza de Vaca, entonces senador y hermano del ex mandatario, habría operado directamente la estrategia de comunicación.
Diversos contratos y transferencias —aún bajo investigación— apuntan a una red de beneficiarios entre medios sin registro fiscal, agencias fantasma y granjas de bots utilizadas para campañas de difamación y propaganda política.
El desvío, según los analistas, no solo implicó un uso político del presupuesto, sino también un mecanismo de financiamiento paralelo para sostener la imagen del ex gobernador frente a sus adversarios y construir redes de lealtad mediática.
Pandemia y propaganda: prioridades invertidas
El contraste más grave ocurrió en 2020.
Mientras los hospitales carecían de respiradores y personal médico denunciaba falta de equipo de protección, el gobierno de Cabeza de Vaca gastó 395 millones de pesos en comunicación, cuatro veces más que en años previos.
La Auditoría Superior del Estado y la Fiscalía Anticorrupción investigan si parte de ese dinero se utilizó para inflar contratos publicitarios o simular campañas institucionales, muchas de ellas sin registro de proveedores o facturación válida.
La investigación en curso
Actualmente existen denuncias formales ante la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas por presunto desvío de recursos públicos.
El caso también ha sido turnado al Congreso local y a instancias federales de fiscalización, que deberán determinar si hubo responsabilidad penal y administrativa de funcionarios involucrados.
De comprobarse el daño patrimonial, el monto podría superar los 2 mil 800 millones de pesos.
Más allá del número, el patrón de gasto revela una estrategia sistemática de manipulación mediática financiada con dinero público, una práctica que hoy representa uno de los mayores escándalos de corrupción comunicacional en la historia reciente de Tamaulipas.
El sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca dejó un legado de opacidad, manipulación y derroche.
Los documentos oficiales muestran un abuso reiterado del presupuesto para fines propagandísticos, donde la comunicación institucional se transformó en instrumento de poder y blindaje político en prejuicio de la ciudadanía.