Ex alumnos se unen para rescatar tumba de su maestra en Tampico

La tumba estaba en mal estado e iba ser reasignada por abandono y no lo podían permitir.

Ex alumnos se unen para rescatar tumba de su maestra en Tampico

La tumba estaba en mal estado e iba ser reasignada por abandono y no lo podían permitir.


Hay maestros que dejan huellas imborrables en las vidas de sus estudiantes, tanto que incluso después de que fallecen son recordados y reciben muestras de cariño.

Tal es el caso de la maestra Aurelia García Rodríguez, quien falleció en el 2002 a sus 96 años, y que su legado fue tal que la escuela de la que fue directora por 50 años ahora lleva su nombre.

Pero después de su fallecimiento hace más de 20 años, su tumba cayó en el abandono, se encontraba cuarteada y las raíces de un árbol habían removido la tierra, debido a estas condiciones su sepultura iba a ser reasignada a otra persona por el Cementerio Municipal.

Al enterarse de esto, sus ex alumnos no podían permitirlo, por lo que se unieron para solucionarlo.

Comenzaron a pasar la voz entre sus ex compañeros y cada vez el grupo se hizo más grande, por lo que pronto pudieron ponerse manos a la obra.

“Iba a ser reasignada a otras personas porque no se había pagado y nos dimos a la tarea de hacer la restauración. Ha quedado muy bien, para que se preserve por muchos años”, mencionó José Guadalupe Díaz González, ex alumno de la Escuela Primaria Art. 123 "Profesora Aurelia García Rodríguez”.

Los ex compañeros restauraron la tumba a la cual le colocaron un epitafio a nombre de todos, recordando los años de dedicación de la maestra Aurelia.

Y se reunieron en la inauguración de la restauración, llevando flores y dedicando unas palabras a su maestra.

“Una mujer muy exigente, nos impuso una disciplina férrea. A veces le teníamos miedo, pero es un legado que dejó en todos los que pasamos por esa institución”.

“Fue un personaje que representó autoridad, respeto y disciplina; aun con su rudeza, se ganó su admiración y cariño. Quien dedicó su vida a formar generaciones de niños, hoy mujeres y hombres, que la recuerdan en sus corazones siempre”, agregó Ricardo Anaya Torres, también ex alumno.

Y para que la tumba no vuelva a caer en el abandono el trabajo de preservar y mantener el sepulcro fue pasado ahora a manos de la institución que lleva su nombre, quienes ahora tendrán la responsabilidad de cuidarla y preservar la memoria de quien fue un ejemplo de educación.